Spencer Elden, el hombre cuya fotografía de bebé aparece en la famosa portada del álbum 'Nevermind' de Nirvana, insistió en su demanda contra los miembros y herederos de la banda a quienes acusa de pornografía infantil.
Este 12 de enero, Elden presentó una nueva demanda ante una corte de Distrito de California en la que nuevamente acusa a la banda liderada por Kurt Cobain de tráfico sexual por usar una fotografía en la que aparece desnudo, nadando en una alberca.
La primera demanda que interpuso contra Nirvana fue desestimada por un juez, hace un mes, por solicitud de los defensores, quienes calificaron los argumentos expuestos como absurdos.
En la nueva querella, Elden incluye un pronunciamiento del director de arte de la portada de Nevermind, Robert Fisher, quien hasta el 22 de diciembre formaba parte del equipo de defensores de Nirvana.
En su declaración, Fisher explica que en su momento le expuso a Nirvana que se podía censurar digitalmente la fotografía para que el bebé no apareciera desnudo; sin embargo, la banda se negó y optó por la versión original.
"Como otros creadores de portadas de discos controversiales, los defensores buscaron llamar la atención con una imagen sexualmente explícita que intencionalmente se enfocaba en los genitales alargados de Spencer", asegura el abogado, quien equiparo la transacción con trabajo sexual.
Hasta el momento, ni Nirvana ni ninguno de sus representantes legales se han pronunciado al respecto, pero en la solicitud para desestimar el caso sostuvieron que los argumentos del acusado son absurdos, aunado a que él mismo se ha mostrado usando la imagen en varios programas de televisión.
"(Spencer) ha recreado la fotografía a cambio de una tarifa muchas veces; tiene el título del disco tatuado en el pecho; ha aparecido en programas de entrevistas usando playeras con parodias de sí mismo; ha autografiado copias de la portada del disco que ha vendido en eBay, y ha usado su conexión para conocer mujeres", aseguran los abogados.
Aunado a ello, consideraron que, de darle la razón, implicaría que cada uno de los propietarios de una copia del disco también podrían ser acusados de pornografía infantil.
La demanda por 150.000 dólares está dirigida en contra de los miembros aún vivos de la banda, Dave Grohl y Krist Novoselic; los managers del difunto Kurt Cobain; la viuda del vocalista, Courtney Love; las disqueras Geffen y Universal Music, y contra el fotógrafo Kirk Weddle.
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