
Luego de que su petición de eutanasia fue rechazada el año pasado, Martha Sepúlveda, de 51 años que padecía esclerosis lateral amiotrófica (ELA), murió de acuerdo con su idea de autonomía y dignidad"; es la segunda persona no terminal en Colombia en recibir este derecho.
A través de un comunicado, el Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales informó que Martha Sepúlveda falleció el 8 de enero en el Instituto Colombiano del Dolor, en Medellín.
"Accedió a la eutanasia y murió de acuerdo con su idea de autonomía y dignidad. Martha partió agradecida con todas las personas que la acompañaron y la apoyaron, a quienes oraron por ella y tuvieron palabras de amor y empatía durante esos meses difíciles", refiere el comunicado.
La eutanasia de Sepúlveda estaba programada para efectuarse el 10 de octubre, pero fue suspendida de último momento ya que el Comité Científico Interdisciplinario para el Derecho a Morir con Dignidad afirmó que no se cumplía "el criterio de terminalidad como se había considerado en el primer comité" que había evaluado su caso.
Desde @DescLABcol celebramos la vida de #MarthaSepulveda y su legado.
— DescLAB (@DescLABcol) January 8, 2022
La lucha por tomar el control sobre el fin de la vida continúa y no acabará hasta que podamos acceder a una muerte médicamente asistida de acuerdo con su voluntad y sin barreras. #MarthaTomaElControl pic.twitter.com/O5rXalEBHX
Sin embargo, el 27 de octubre un juez de tutela ordenó que se siguiera adelante con el procedimiento, ya que consideró que se había "vulnerado los derechos fundamentales a morir dignamente, a la vida digna, al libre desarrollo de la personalidad y la dignidad humana de Martha Sepúlveda".
De no retrasar el caso, Sepúlveda habría sido la primera paciente no terminal en fallecer por eutanasia; el primero fue Víctor Escobar, un transportista de 60 años que padecía varias afecciones degenerativas y murió horas antes que la mujer.
Por su parte, Escobar padecía enfermedad pulmonar obstructiva e hipertensión, que le habían provocado varios episodios cerebrovasculares, además, tenía problemas de movilidad, necesitaba oxígeno para respirar y había sido operado de la columna tres veces después de sufrir un accidente automovilístico.
Por ello, Martha clamaba que quería morir, ya que su calidad de vida empeoraba cada día con dolores agudos, y el 7 de enero se sometió a la eutanasia después de haber pasado las últimas horas junto a su familia y de haber ganado una batalla judicial de dos años