Sidney Poitier, el primer actor negro que ganó el Óscar, falleció hoy a sus 94 años. Se le recuerda por su papel en “Lilies of the Field” (1963), cuya actuación le valió el galardón de la Academia de Hollywood como mejor actor.
La noticia del fallecimiento de Poitier fue dada a conocer por Chester Cooper, viceprimer ministro de Bahamas, quien en su página de Facebook se refirió al actor como un “ícono, un héroe, un mentor, un luchador, un tesoro nacional”. El artista tenía doble nacionalidad: estadounidense y bahameña.
Según refieren medios locales, Philip Brave Davis, primer ministro de Bahamas, dará una conferencia de prensa hoy en homenaje a Poitier, quien rompió las barreras raciales al ganar un Óscar por su papel en “Lilies of the Field” y fungió como paradigma de una generación durante el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos.
Poitier nació en Miami, el 20 de febrero de 1927, y fue criado en una granja de tomates en las Bahamas, donde cursó un año de educación formal. Sin embargo, superó la pobreza, el analfabetismo y los prejuicios hasta convertirse en uno de los primeros actores afroamericanos en ser conocidos y aceptados en papeles importantes por el público.
Durante 71 años de carrera, Poitier interpretó papeles icónicos en varias películas clásicas de Hollywood, como “A Raisin in the Sun”, “Guess Who’s Coming to Dinner” y “Uptown Saturday Night”.
También participó en la famosa producción “El chacal” (“The Jackal”), de 1997, ahora disponible en Amazon Prime Video, en la cual comparte créditos con Bruce Willis y Richard Gere. El actor bahameño interpretó a Carter Preston, director del FBI.
Aunque la cinta que le valió el Óscar como mejor actor fue “Los lirios del valle” (“Lilies of the Field”) de 1963, también es conocida como “Una voz en las sombras”, en la que interpretó a Homer Smith, quien mientras recorre el desierto de Arizona conoce a cinco monjas que viven una situación precaria. Entonces comienza a trabajar para ellas y las ayuda a resolver sus problemas.
Cinco años antes, Poitier fue el primer afroamericano nominado al Óscar como actor principal por su papel en “Los desafiantes”. Tras su muerte deja un legado cinematográfico importante, pues terminó con la vieja idea de Hollywood de que los actores afroamericanos solo interpretaban papeles degradantes como limpiabotas, conductores de tren y criados.