En la última columna del año, le quiero platicar de una coproducción de 2012 (Irak, Finlandia, Suecia), que nos hace recordar a la fatídica invasión estadounidense a Irak. Las razones para las diversas masacres que en ese tiempo tuvieron lugar, contextualizaron la historia que nos narra, “Bekas”, donde el director curdo-iraquí, Karzan Kader nos deja ver sus vivencias infantiles y tortuosos recuerdos en medio del ambiente hostil.
Una cinta que desafortunadamente no fue tan popular como las grandes producciones hollywoodenses por el crudo contenido de su argumento, sin embargo, un testimonio de vida, de los inefables momentos vividos por la comunidad curda en el régimen de Saddam Hussein, en la década de los años 90.
En su tesis de licenciatura, el novel cineasta iraquí, avecindado en Dinamarca, planta la semilla de esta, su ópera prima, en la que transmite sus propios sentimientos, de aquellos años de su infancia en los que tuvo que salir huyendo con su familia, para trasladarse al Viejo Continente.
El argumento nos ubica en Medio Oriente, en el momento en que dos niños curdos sin hogar ven la película de Superman en el primer cine de la ciudad y deciden ir a América por el superhéroe para que derrote a Saddam Hussein y su pueblo sea libre. Para llegar hasta allá necesitan pasaportes, dinero y mucha suerte; sin embargo, ellos sólo poseen un burro y mucha fuerza de voluntad.
Esta trama, por sencilla e infantil que pueda parecer, encierra un contexto complejo, que describe la terrible situación de la comunidad curda en el régimen del dictador y pone al descubierto, la visión de un exiliado, sobre el conflicto social y racial que generó en sus propias tierras el político y militar iraquí.
En resumidas cuentas, una película llena de emociones y mucha información visual, que seguramente le llenará la pupila, pues el ritmo es bastante dinámico, contrario a las cintas que comúnmente nos llegan de Medio Oriente, que tienen una narración contemplativa y cadenciosa.
Felices Fiestas
Más allá del cine, las condiciones en las que hoy en día vive el mundo, enfrentando una pandemia que nos aqueja desde hace casi dos años, nos permiten reflexionar sobre nuestra vida y buscar las estrategias para seguir mejorando cada día. Le deseo que esta Navidad se cumplan todos y cada uno de sus deseos y que venga un 2022 lleno de satisfacciones y salud.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.