La Navidad sin duda es una época que se debe tomar como motivo de paz y concordia entre todas las personas, llevando a la reflexión sobre nuestras acciones como seres humanos y cómo hemos perdido muchas veces el rumbo.
Pero qué pasa si este espíritu pacífico lo combinamos con un balón de futbol, deporte que pese a lo “manoseado” que está en la actualidad, es en esencia una actividad que une a las personas en todo el mundo.
Durante la Primera Guerra Mundial, se dio una historia que tiene como protagonistas a la navidad y a un balón de futbol, siendo sede una parte de Bélgica denominada Ypres, donde las fuerzas alemanas y británicas estaban a punto de enfrentarse en batalla.
No obstante, llegó el 24 de diciembre y los alemanes soltaron un poco las armas y decidieron celebrar la nochebuena con villancicos y adornos en los árboles del campo de batalla, algo que fue visto a lo lejos por los británicos, que comprendieron que había una tregua navideña.
El ambiente de concordia se mantuvo hasta la mañana siguiente, cuando los británicos y los alemanes guardaron las armas y sacaron provisiones de comida para compartir y pasar un momento de paz muy necesario.
Fue entonces que uno de los soldados recordó que había un balón de futbol guardado en una trinchera, por lo que fue por él y, usando los cascos como porterías, alemanes y británicos disputaron lo que hoy se conoce como la tregua de navidad.
Esta bella historia en medio de uno de los peores conflictos bélicos fue recordada hace poco por la UEFA, que colocó un monumento en este campo de batalla convertido en cancha de futbol para recordar que la navidad y un balón pueden unir a cualquiera.
