Galileo Galilei utilizó el péndulo para estudiar la caída libre de los cuerpos.
Isaac Newton lo empleó en diversos experimentos para…
… determinar la constante de la gravedad de la Tierra…
… demostrar la inexistencia del éter propuesto por Aristóteles…
… mostrar la relación entre el peso y la masa…
… estudiar las colisiones entre objetos…
… y determinar la velocidad del sonido…
… entre otras cosas.
Este pequeño y simple aparato está compuesto por un hilo del cual pende una masa, y que está sujeto a un punto. Se mueve armónicamente simple describiendo una trayectoria curva que nos fascina ver en cada una de sus oscilaciones.
En México lo hemos puesto en práctica en la política casi sexenalmente.
Unas veces para allá…
… otras para acá.
La democracia en México ha sido ensayada por décadas y por muy diversos gobernantes que se han movido en un péndulo político e ideológico por demás sui generis…
… unas veces para allá…
… otras para acá.
… siempre con escasos resultados.
Y allá y acá se habla mucho de buscar la “consolidación de la democracia”…
… o, sexenalmente, hablan del inicio de una transición política hacia la consolidación democrática…
… que tuvo su punto de partida en la reforma político-electoral de 1977…
…. pero que parece no tener punto de llegada.
A veces para allá…
… otras veces para acá.
¿Sigue la némesis de AMLO?
En 1997 Ernesto Zedillo perdió la Presidencia omnipotente. Porfirio Muñoz Ledo se lo recalcó el primer día de septiembre de ese año con el juramento de los reyes de Aragón: “Nos, que somos y valemos tanto como vos, pero juntos somos más que vos…”. El haber convertido en deuda pública la deuda de los bancos privados con el robo del siglo XX llamado Fobaproa acabó pagándolo en el 2000 cuando los votantes se volcaron a las urnas con un voto masivo que favoreció a Vicente Fox.
A su vez, en 2006 la sociedad le cobró a Fox su incumplimiento de los muchos compromisos de campaña que, había dicho, culminarían con la salida del PRI de Los Pinos. Todo lo contrario. Nunca lo sacó y fue él quien se asimiló al PRI y a sus prácticas corruptas y antidemocráticas. La mayoría no votó por el candidato del PAN, Felipe Calderón, sino por el candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador a quien Fox, convertido ya en el primer priísta del país, le arrebató con malas mañas el cargo.
Impuesto a la mala, Calderón sacó al Ejército de los cuarteles con el pretexto de una estúpida –sin inteligencia-- guerra contra el narcotráfico, aunque en realidad soldados y marinos habían sido enviados a la calle para protegerlo, ante su temor de que hubiese alzamientos, algaradas y asonadas en contra de su mandato espurio. El saldo: Miles de víctimas inocentes, mujeres y niños, miles más desaparecidos y muchos miles más desplazados de sus lugares de residencia. El pago de factura se dio en el 2012, cuando Televisa le gana la partida e impone a Enrique Peña Nieto.
Peña Nieto no ejerció una Presidencia política. En realidad encabezó a la tolucopachucracia, un grupo criminal, una pandilla dedicada a saquear al país al estilo de la mafia siciliana en la que su consejero Luis Videgaray y su teniente Miguel Osorio Chong, entre otros, robaron a placer. Los gobernadores del tricolor sólo los emularon. Y el saldo fue, amén del saqueo, deudas impagables por doquier. El castigo fue el voto –la tercera fue la vencida-- pro AMLO.
¿Qué sigue en esta teoría del péndulo?
Lo lógico.
El voto en contra de todo lo que López Obrador es.
En contra de todo lo que López Obrador significa.
¿El voto en contra del candidato o candidata de López Obrador?
Cada vez falta menos para saberlo.
¿No cree usted?