La situación humanitaria y de derechos humanos en la frontera de Polonia con Bielorrusia es "alarmante" y se requiere una acción urgente para proteger la vida de las personas varadas en el lugar, indicó hoy la comisaria de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Dunja Mijatovic.
En una declaración emitida al final de su visita de cuatro días a Polonia, Mijatovic pidió al Gobierno polaco permitir a medios y a organizaciones de ayuda humanitaria tener acceso a la frontera para acabar con el sufrimiento humano y las violaciones a los derechos humanos.
Desde agosto, miles de migrantes, en su mayoría procedentes de países de Medio Oriente devastados por la guerra, quedaron varados en la frontera entre Bielorrusia y sus vecinos al intentar ingresar a territorio de la Unión Europea (UE). La semana pasada se produjeron enfrentamientos entre soldados polacos que utilizaron cañones de agua y los migrantes que arrojaron piedras.
La prohibición de acceso a las zonas adyacentes a la frontera, cubierta por el estado de excepción de Polonia, tiene "consecuencias perjudiciales", dijo la comisaria, quien añadió que esto ha impedido a las organizaciones internacionales y a la sociedad civil suministrar ayuda humanitaria vital y realizar trabajo crucial de vigilancia y de derechos humanos.
Negar el acceso a los medios socava la libertad de expresión e información y limita la muy necesaria transparencia y rendición de cuentas, lo que alimenta la desinformación y refuerza el sentimiento de inseguridad, añadió.
"Se debe permitir a los periodistas reportar desde todas las zonas de la frontera de forma libre y segura", dijo la comisaria.
La comisaria señaló que la legislación polaca actual, que permite regresar de inmediato a la frontera a las personas que hayan entrado al territorio por cruces fronterizos no oficiales, socava el derecho a buscar asilo y "debe enmendarse".
"He escuchado personalmente los relatos desgarradores de sufrimiento extremo de personas desesperadas, entre las cuales hay muchas familias, niños y ancianos, que pasaron semanas o incluso meses en condiciones precarias y extremas en bosques fríos y húmedos debido a estos regresos", dijo Mijatovic.
"He sido testigo de señales claras de su doloroso calvario: heridas, congelación, exposición a fríos extremos, agotamiento y estrés", añadió.
"Una mujer estuvo luchando por su vida en un hospital local. Varias personas perdieron la vida. No tengo duda de que regresar a cualquiera de estas personas a la frontera conducirá a más sufrimiento humano extremo y a más decesos. Cada noche y cada hora que pasan en la zona fronteriza representa un peligro real para su vida", dijo la comisaria.
La comisaria destacó que abordar la situación actual no sólo corresponde a Polonia. "Este es un asunto europeo que requiere una respuesta centrada en los derechos humanos, basada en la solidaridad y en los valores y estándares europeos".
