Es bien sabido que la llegada de la tecnología Hawk-eye al deporte ha logrado restaurar un orden dentro del terreno de juego tanto para bien de los atletas como del cuerpo técnico. Actualmente esta tecnología es aplicada en las canchas de tenis y en el futbol soccer; sin embargo, deportes de baseball y basquetbol esperan su turno para obtener resultados en sus propias canchas. El pabellón Thomas & Mack Center de Las Vegas cuenta ya con 14 cámaras Hawk-eye encargadas de seguir el balón y a los jugadores. El objetivo a corto plazo es ayudar al cuerpo arbitral para reiniciar el reloj de lanzamiento después de que el balón golpea el aro y detener el reloj del partido.
Tom Ryan, director de tecnología e innovación del baloncesto de la NBA comentó a medios estadounidenses; "nos sentimos bastante seguros de automatizar la liga en los próximos 12 a 18 meses". Uno de los beneficios de la tecnología Hawk-eye en este deporte es decidir con claridad quién fue el último jugador en hacer contacto con el balón antes de salir de la cancha. Actualmente existe un sistema llamado Second Spectrum el cual funciona como recolector de datos del equipo y un puente de interacción entre el espectador y la liga. El objetivo del Second Spectrum nunca fue rastrear el balón para análisis de jugadas, por lo que es necesario un nuevo enfoque responsable de garantizar la toma de decisiones del cuerpo arbitral.
Luke Bornn, cofundador de Zelus Analytics y exdirector del departamento de tecnología de los Sacramento Kings, mostró interés por las pruebas del Hawk-eye en la NBA. "Debido a los datos de pose, vamos a tener mucha información más fina, probablemente dentro de una instalación de práctica en torno a la mecánica de tiro", comentó. En agosto del 2021, la WNBA (Women National Basquetbol League) realizó pruebas piloto respecto al comportamiento del Hawk-eye dentro de la cancha y su capacidad de procesamiento ante el deporte ráfaga. Las pruebas iniciales fueron hechas durante la Copa del Comisionado, la transmisión incluyó datos acerca de cómo Breanna Stewart de Seattle lideró a su equipo en la distancia recorrida y su compañera Katie Lou Samuelson tuvo la aceleración más rápida en el juego.
Debido a las políticas de la NBA, los dispositivos portátiles no están permitidos en la cancha, lo cual dificulta la instalación de la infraestructura del Hawk-eye para los juegos de la liga. Ryan propone el uso de un híbrido el entre dispositivos conectados por cable e inalámbricos con el fin de garantizar la captura de datos sin incomodar a los árbitros y jugadores.
Por el momento el Hawk-Eye permanece en fase de pruebas, no obstante los resultados de las pruebas han sido lo suficientemente convincentes como para continuar con cualquier tipo de prueba. Erradicar discusiones arbitrales en el deporte es el objetivo de la NBA y del Hawk-eye, "tratamos de ser una parte fundamental del flujo de trabajo desde una perspectiva de datos", dice Ryan.