Hay un tesoro escondido en el estadio Cuauhtémoc y prácticamente nadie lo sabe, pues el mural que hizo el artista mexicano Jesús Corro Ferrer está tapado por una viga a pesar de que la obra podría valer hasta 70 millones de pesos.
Uno de los distintivos que tenía el inmueble desde su inauguración en 1968 y hasta su primera remodelación en 1986, era el mural que encabezaba uno de sus accesos principales, pero ahora solo se ve una parte.
La joya artística creada por el muralista fallecido en 2016, tiene un tamaño de 86.4 metros cuadrados, y en él se pueden apreciar las representaciones del Huey Tlatoani Cuauhtémoc y al dios prehispánico Macuilxóchitl junto a un juego de pelota, además de un idílico partido entre La Franja y la Selección Mexicana. Todo logrado gracias a cerca de un millón de pequeñas piezas vítreas venecianas, algunas de ellas cubiertas en oro, que fueron juntadas cual rompecabezas.
Sin embargo, para la ampliación que tuvo el coloso de la colonia Maravillas de cara al Mundial de 1986, las bases con las que fue sostenida la rampa poniente tapan casi por completo el mural, algo de lo que ni siquiera fue notificado Corro Ferrer.
“Nunca lo consultaron, no hubo la intención de tomar en cuenta su opinión para tener alternativas y no esconder el mural. Lo que también platicaba es que no le avisaron nunca. Siempre nos sorprendió mucho que no se hubieran tomado alternativa, hubo mucho desconocimiento del valor que tenía esa obra”, dijo Vicente Corro, hijo del artista, al portal Mediotiempo.
Asimismo, el primogénito de Corro Ferrer calculó que el valor actual de la pieza artística debe rondar entre los 60 y los 70 millones de pesos, sobre todo tomando en cuenta el valor histórico.
“Si tomamos en cuenta que el autor ya no vive, la estética del mural, su valor histórico, la importancia del creador, creo que ese mural debería valer unos millones de pesos, yo creo que cerca de 60 a 70 millones de pesos”, señaló el hijo al medio de comunicación.