La Federación Internacional de Balonmano ha suspendido la obligatoriedad de portar bikini en el balonmano playa femenino. La alternativa es un 'short' ajustado. Las jugadoras quieren que también se incluyan las camisetas y pantalones holgados de sus homólogos hombres.
Varna, julio de 2021. La ciudad búlgara es sede del Campeonato de Europa de Balonmano Playa. El deporte es protagonista a orillas del Mar Negro. Sin embargo, la polémica asalta la competición. Llega de la mano de la selección femenina de Noruega. O más bien de su vestimenta. Las jugadoras del conjunto nórdico salen a pelear por el bronce contra España con pantalones elásticos cortos en vez de bikini, como marca el reglamento. La Federación Internacional de Balonmano (IHF) sanciona al combinado con una multa de 1.500 euros. Alegan que portaban ropa inadecuada.
La noticia no tardó en ganar repercusión a nivel global. Protestas por parte de las deportistas, pero también desde distintas asociaciones. La cantante Pink se ofreció a pagar la pena impuesta a la selección noruega. Tiempo después, en octubre, los ministros de deportes de Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca e Islandia escriben una carta a la IHF para modificar la regla de la vestimenta. Un mes después del escrito, el organismo aprueba un cambio en la normativa.
"El uniforme consiste en una camiseta sin mangas ajustada al cuerpo, pantalones cortos ajustados y accesorios permitidos", especifica ahora el artículo 4 del reglamento. Antes, este mismo texto rezaba que "las mujeres deben usar un bikini donde la parte superior debe ser un sostén deportivo ajustado con aberturas en los brazos. La parte inferior no debe tener más de diez centímetros en los lados". A partir de noviembre de 2021, el bikini deja de ser obligatorio para las jugadoras de balonmano playa. Una reivindicación histórica de la disciplina contra una prenda de trabajo que muchas deportistas consideran sexista.
"Ya era hora. Pero bueno, más vale tarde que nunca", señala Patricia Encinas, capitana de la selección española de balonmano playa, a Sputnik Mundo. La presidenta del club de balonmano femenino Málaga Costa del Sol y embajadora de esta disciplina en la Real Federación Española de Balonmano (RFEBM), Pepa Moreno, concuerda en su opinión. "A nivel internacional siempre ha habido muchas protestas. Pero, no han rectificado hasta ahora con las noruegas. Me sorprendió verlas así porque la federación es muy estricta con las vestimentas. Sin duda, les aplaudo por lo que hicieron", resalta a Sputnik Mundo.
Moreno labora en un despacho, pero se curtió en el terreno de juego. Tanto en pista como en arena. Se enlistó con sus compañeras de equipo en la disciplina de playa en verano de 2001, cuando solo se jugaba el campeonato de España. "Éramos todas amigas y decidimos probar. Al ver que sacábamos torneos y campeonatos, nos fuimos adentrando en este mundo", indica la exjugadora. En sus años de jugadora, notó que varias jugadoras sufrían cuando se tenían que poner el bikini.
"No todas se sentían a gusto con el top y la braga. El balonmano playa es un juego rápido y muy acrobático. Si una jugadora está incómoda con la indumentaria se va a centrar más en colocarse el bikini que en el juego. Muchas lo llevamos por comodidad, que no por exhibición, pero la cuestión es que todas tenemos que sentirnos bien en el campo. No es justo que tuviese compañeras que hiciesen el calentamiento en chándal por apuro", relata la presidenta del Málaga Costa del Sol.
Un problema que se repetía en Europeos y Mundiales año tras año. No obstante, en España la situación era diferente. En 2014, el presidente de la RFEBM, Francisco Blázquez, y el Consejo Superior de Deportes aprobaron que los equipos podrían jugar con la indumentaria que considerasen conveniente. Moreno recuerda que meses después de cambiarse la norma fueron a jugar a un campeonato de Europa juveniles en Lorca (Murcia) y Blázquez llamó a la capitana para comunicarle que apoyarían al equipo vistiese lo que vistiese. Independientemente de la norma internacional.
Desde entonces, el balonmano playa femenino español no vive sujeto a ninguna restricción de uniforme. La mayoría de los combinados juega en top y braga, pero por decisión propia. Un equipo catalán utiliza el culotte. Nadie impone un traje en los partidos del Handball Arena Tour, celebrado en España. "Solemos ir todas iguales con una prenda que decidimos. Pero, si una decide ponerse algo distinto, no pasa absolutamente nada. Cada una debería llevar lo que quiera", puntualiza Encinas.
Una norma insuficiente
El cambio en el reglamento de la IHF se recibe con positividad. No obstante, las jugadoras perciben algún fleco en el nuevo texto. Algunas dudan sobre si será mejor el bikini o unas prendas de vestir completamente ajustadas sobre la piel. "Yo prefiero ir con bikini, personalmente. Pero tendré que probar la otra opción para poder evaluar", comenta la capitana de la selección española. Una estrechez textil que no se exige a sus compañeros de deporte.
Ahora las jugadoras tienen la posibilidad de elegir atuendo. Sin embargo, tan solo tienen dos opciones. El pantalón corto suelto y las camisetas holgadas siguen siendo territorio masculino. Todavía no están al alcance de las deportistas. "Deberíamos tener la misma normativa que los chicos. Si te fijas, en la pista, tanto ellos como nosotras vestimos igual. En la playa tendría que suceder lo mismo", apunta Moreno.
"Pero, no, todavía nos imponen la forma de vestir a las jugadoras. Sea de una forma u otra. Creo que ya es hora de que se nos deje de utilizar como objetos", continúa.
Para Encinas, el Mundial de Balonmano Playa de 2022 servirá para comprobar la efectividad del cambio de vestimenta de la IHF. Un camino que siguió casi 10 años antes el voleibol playa, donde las mujeres no están obligadas a llevar bikini. Uniforme que ha restado el número de jugadoras interesadas en esta disciplina. "Hay balonmanistas de pista que no han probado a disputar partidos sobre arena por la indumentaria", lamenta Moreno.
En los últimos años, el balonmano playa ha crecido en España. Hay torneos para todas las categorías. La cifra de niños y niñas apuntados ha aumentado sin freno. Además, hasta 180 equipos participan en la actualidad en el campeonato nacional. "Cuando empecé en el balonmano playa recuerdo que íbamos nosotras a poner las líneas de la pista en el arenal. Ahora montan hasta un mini estadio para vernos", ríe la capitana de la selección, también jugadora del Morvedre. Un ascenso con recompensa. Títulos mundiales y europeos cuelgan de las vitrinas de los clubes españoles. Encinas guarda su título de campeona del mundo con el conjunto nacional en 2016.
Logros opacados por la indumentaria. Así sucedió en Varna. Esperan que por última vez el bikini aparte la atención de sus éxitos deportivos. Un traje que ha provocado nervios y malestar en decenas de jugadoras. Parece que le han ganado la batalla. Pero, la contienda contra la normativa de vestimenta no ha acabado. "Esto no creo que quede aquí. Nos quedan un par de años para que las mujeres podamos jugar como queramos. Pero, con tiempo, todo se consigue", sentencia Encinas. (Sputnik)