
Seguramente muchas veces te has preguntado por qué en la actualidad temes a cosas y situaciones a las que antes, específicamente en tu infancia, no le tenías miedo y además pasaban desapercibidas.
Aunque parezca contradictorio, con la edad nos vamos haciendo cada vez más miedosos y esto se debe principalmente a que nuestro cerebro comienza a envejecer, dando pie a más temores, algunos sin muchos fundamentos.
Estudios recientes han demostrado que la ansiedad generalizada y el nerviosismo tienden a aumentar con la edad, ya que vamos acumulando experiencias infelices que pueden ser propias o de terceros.
Este miedo puede manifestarse de diversas maneras y se expetimenta a medida que te haces más maduro e independiente, pues te vas enfrentando a situaciones que tu cerebro hace ver muy complicadas.
Y es así como caes en pánico cuando te das cuenta que tu quincena no alcanzará para saldar todas tus deudas y necesidades, también quedas aterrorizado al pensar en poder pasar por un problema de salud, propio o de seres queridos.
Otro gran miedo que experimentamos los adultos es a los eventos mundiales que suceden, como es el caso de la pandemia, temor que seguramente aumentará después de esta crisis sanitaria, por lo que primero que nada debes relajarte, respirar y convencerte que todo tiene solución.