Debido a su condición de vulnerabilidad ante el COVID-19, Cyril Hardy, un británico de 80 años, quien tiene antecedentes de diversos delitos sexuales cometidos hace cinco décadas, no podrá ir a la cárcel, pues corre el riesgo de morir.
En 2017 Hardy fue detenido por la Policía cuando pretendía reunirse con Stacey MacDonald, de 29 años, quien se hizo pasar por Atara Louise, una niña de 14 años, pues es miembro del grupo de persecución de pedófilos Parents Standing Together For Our Kids (Padres unidos por nuestros hijos).
En el juicio la fiscal dijo que entre el 21 de octubre y el 20 de noviembre de 2017, Hardy le dijo a quien creía que era Atara que quería que viviera con él, se casaran y tuvieran hijos. El 18 de noviembre, el pedófilo quedó de verse con Atara en la estación Victoria, en Mánchester (Reino Unido), pero fue filmado y detenido por la Policía.
Tras ser hallado culpable, Hardy fue condenado a 18 meses de prisión, con una pena suspendida de dos años y 30 días de actividades de rehabilitación. Además, el violador deberá inscribirse en el registro de delincuentes sexuales que tendrá vigencia de una década y se le impuso una orden de prevención de daños sexuales de 10 años.
Sin embargo, por la situación pandémica el anciano violador no irá a la cárcel porque es vulnerable al COVID-19, lo cual criticó el juez Paul Lawton, quien no le quedó más que suspender la pena, ya que el sentenciado padece una cardiopatía isquémica y es diabético. No obstante, "si comete otro delito, volverá a la cárcel", advirtió a Hardy.
Esta no sería la primera vez que el octogenario ingresa a prisión, pues anteriormente fue condenado por agresión sexual y violación, que le valieron siete años tras las rejas.
