El 24 de octubre de 1945, tras la Segunda Guerra Mundial, nació en el mundo la Organización de las Naciones Unidas (ONU), formada en un principio por 51 países que buscaban reparar las heridas dejadas por este conflicto bélico.
Los preceptos de la ONU señalan que el deber de los países miembros es mantener la paz y la seguridad internacional, fomentar entre las naciones relaciones de amistad y promover el progreso social, la mejora del nivel de vida y los derechos humanos.
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Otro de los objetivos de la ONU, que se fue tomando con el paso de los años y con la llegada de más naciones, llegando a 191, es ayudar a las naciones a combatir la pobreza, vencer el hambre, las enfermedades y el analfabetismo, y fomentar el respeto de los derechos y libertades de los demás.
Sin embargo, también con el paso de los años, la ONU se ha convertido en un ente casi insignificante en el mundo actual, lo que ha quedado de manifiesto con los conflictos bélicos y diversos problemas humanitarios que no ha logrado atender.
La presente pandemia de COVID-19 ha desnudado lo débil que ya es la ONU en el mundo, pues los países poderosos prácticamente han acaparado las vacunas contra este virus, dejando en el desamparo a naciones pobres.
Aunque se puede argumentar que la ONU tiene un programa humanitario para supuestamente dotar de antígeno a estos países, en la práctica este organismo no ha logrado ayudar realmente a estas naciones, pues los países poderosos ponen oídos sordos a lo que determine la ONU.
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En el derecho internacional, Estados Unidos ha minimizado todos y cada uno de los llamados de la ONU para levantar el bloqueo comercial que tiene contra Cuba, castigo estadounidense que no se ve cuándo pueda terminar.
Qué decir de los conflictos armados que se han dado en la actualidad, donde la ONU no ha logrado hacerse sentir para restablecer la paz en naciones como Haití, Siria, Líbano, Afganistán y Nigeria.
Hoy en día, las resoluciones de la ONU son tomadas más como llamados a misa que nadie atiende, dejando a este organismo como un ente sin fuerza y que no es tomado en serio por las naciones poderosas del mundo.
