El asesino del arco, que el miércoles de la semana pasada mató a flechazos a cinco personas e hirió a tres más en Kongsberg, Noruega, “remató” con "armas punzantes" a aquellas que resultaron heridas en su primera agresión y no lograron escapar.
En rueda de prensa, Per Thomas Omholt, inspector de la Policía, informó que el sospechoso, identificado como Espen Andersen Brathen, de 37 años, confesó que primero hirió a sus víctimas disparándoles flechas, luego apuñaló a sus víctimas hasta matarlas.
Además, Thomas Omholt detalló que "todo indica que esas víctimas fueron elegidas al azar"; sin embargo, no dio más detalles, pues dijo que la investigación siguen en curso por lo cual no reveló qué armas empleó el agresor.
Hasta el momento las autoridades creen probable que el motivo de la agresión sea la enfermedad mental del agresor, que permanece custodiado en un hospital psiquiátrico desde el jueves. Cuando fue arrestado el agresor dijo que es un converso al islam, aunque la policía duda de sus palabras.
Al respecto, Omholt dijo que Bråthen, quien fue investigado por los servicios de inteligencia (PST) del país, "no observaba las tradiciones comunes de esa cultura y religión", por lo que la teoría de la conversión al islam se ha "debilitado".
En 2015 el PST fue alertado del peligro de radicalización de Bråthen y tres años después fue contactado por un video que publicó en internet en el que lanzaba amenazas sin especificar y reafirmaba su condición de musulmán, por ello avisó a los servicios de salud que tenía "problemas psíquicos graves".
Por ello, las autoridades noruegas han anunciado que llevan a cabo una investigación para esclarecer a qué tratamiento fue sometido Bråthen por los servicios sanitarios, mientras la Dirección General de Policía evaluará la actuación en el ataque y el intercambio de información entre policía y PST.
