Además del riesgo de un aumento de contagios de COVID-19, la reapertura de los estadios del futbol mexicano ha provocado también un aumento alarmante de la violencia en las tribunas, situación que muchas veces detona desde el mismo terreno de juego.
Hace unas semanas se tuvo el enfrentamiento entre porras de San Luis y Tigres afuera del Estadio Alfonso Lastras, que derivó en disparos de la policía, mientras que el pasado fin de semana se presentó violencia en el Estadio Azteca entre aficionados de Pumas y América.