AMLO en Huauchinango, dos años después

AMLO en Huauchinango, dos años después

Era el 24 de enero de 2019 en Huauchinango, municipio poblano que tiritaba con el frío invernal, pero que dejaba sentir el calor humano para recibir al presidente Andrés Manuel López Obrador, que recién comenzaba su sexenio.

 

Puebla vivía momentos de inestabilidad política tras la muerte de la gobernadora Martha Erika Alonso y del exgobernador Rafael Moreno Valle, por lo que la visita de AMLO para dar un espaldarazo al gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido era muy importante.

 

Pero lo que más llamaba la atención era el cariño de la sociedad de este municipio hacia el ocupante de Palacio Nacional, pues todos querían ver de cerca al presidente que se consideraba como la esperanza para México.

 

Y sí, López Obrador llegó como “rockstar”. Partiendo plaza y regalando fotos, abrazos y hasta besos a niños, el presidente recibió todo el cariño de los poblanos que veían en él una solución a los problemas que se vivían.

 

Prometió mucho apoyo para este municipio, sobre todo para los jóvenes y abuelitos, y todos se marcharon confiados de que el presidente no les iba a fallar.

 

Tras más de dos años las cosas son diferentes, amable lector. Este fin de semana, Andrés Manuel López Obrador visitó este municipio para “supervisar” los avances en la atención a los afectados por el huracán “Grace”.

 

En la visita tardía del presidente a un estado al que él mismo ha castigado por no ser políticamente rentable ya no encontró a niños saludándolo ni mucho menos a abuelitos queriendo abrazarlo.

 

Encontró a una población cansada de promesas y que se ha visto abandonada por un presidente que siempre se ha dicho cercano al pueblo.

 

Las cercas que no permitían el ingreso de los inconformes al recinto donde se llevaba el acto fueron insuficientes para detener a una turba que le dejó en claro a López Obrador que sus promesas ya no tienen validez.

 

Al presidente no le quedó más que escuchar a todos esos pobladores que acusaron haber quedado fuera de los apoyos para afectados por el huracán, pero fiel a su costumbre solo atinó a prometer una vez más que escucharía al “pueblo bueno”.

 

Pero a diferencia de hace más de dos años, ese “pueblo bueno” ya no cree en malas promesas ni mucho menos en discursos disfrazados de bondad, el “pueblo bueno” quiere soluciones.

 

Una de dos. O este golpe de realidad ubica un poco al presidente o -como seguramente sucederá- Puebla será mucho más castigada por el Gobierno Federal, pues hoy más que nunca la 4T ha perdido la confianza de la sociedad.