
Un estudio de la Universidad de Berlín determinó que la proteína receptor de melanocortina 4 (MC4R) con una medida de 0.26 nanómetros, es muy importante cuando un humano siente hambre o saciedad. Esta podría ayudar a tratar el sobrepeso y la obesidad, dos padecimientos comunes a nivel mundial. La proteína fue analizada por medio de su estructura 3D, con ello los investigadores pudieron visualizar las estructuras moleculares de las hormonas con las cuales interactúa.
Los científicos revelaron que esto les permitió describir los mecanismos moleculares involucrados en la activación e inhibición del receptor. Estos nuevos hallazgos podrían estimular el desarrollo de fármacos para tratar a pacientes con sobrepeso y obesidad graves. La obesidad es uno de los desafíos mundiales más urgentes. Los datos afirman que 1,600 millones de adultos y 650 millones de niños a nivel mundial padecen de sobrepeso y obesidad. Dicha afección se asocia con un mayor riesgo de comorbilidades como enfermedades cardiovasculares y diabetes mellitus.
Regresando al estudio, el equipo de investigación fue dirigido por el doctor Patrick Scheerer, jefe de Cristalografía de Rayos X de Proteínas y Transducción de Señales en el Instituto de Física Médica y Biofísica de Charité, en Berlín. Para la investigación, el médico se centró en uno de los actores clave en el hambre en humanos: el receptor de melanocortina 4 (MC4R). Según los expertos, esta proteína receptora ubicada principalmente en el cerebro, está controlada por hormonas que producen importantes señales de saciedad al unirse a ella.
En el caso contrario, la inhibición de la hormona conocida como Proteína Relacionada con Agouti (AgRP), da como resultado una mayor sensación de hambre, lo cual se traduce en que los cambios en esta proteína conducen a una obesidad leve o incluso grave en los seres humanos. Por su parte, el doctor Peter Kühnen, médico del Instituto de Endocrinología Pediátrica Experimental de Alemania, ha explorado mutaciones en los genes que codifican los receptores y mensajeros celulares relevantes, y analizó el potencial de fármacos que podrían reemplazar a los mensajeros individuales.
Asimismo, el Dr. Kühnen señaló: "Hasta la fecha, todas estas intervenciones farmacológicas se han visto afectadas por efectos secundarios, estos van desde el oscurecimiento anormal de la piel, hasta eventos cardiovasculares".
Como resultado, el estudio dio detalles previamente desconocidos sobre los mecanismos de la proteína melanocortina 4, como su activación, bloqueo y la interacción entre la hormona y la proteína receptora. Frente a ello, el médico Scheerer comentó: "Ahora podemos identificar las diferencias más pequeñas en las interacciones entre receptores y hormonas. Estos podrían resultar importantes para el perfeccionamiento continuo de nuevos medicamentos que anteriormente se habrían asociado con efectos secundarios".