.gif)
Suzan Marciano, una mujer de 74 años, daba un paseo con su perro Nalu en Florida mientras le arrojaba una y otra vez un palo que lo trajera de vuelta, hasta que ambos se vieron sorprendidos por un enorme caimán que cerró sus fauces sobre el can y de inmediato la dueña se arrojó sobre el saurio para salvar a su mascota; ambos salieron con vida y tuvieron que ir al médico para curar sus heridas.
De acuerdo con el diario The Palm Beach Post, los hechos sucedieron en en el parque Burt Aaronson, en Florida, cuando Suzan Marciano paseaba con su golden retriever el 24 de agosto a las 6:30 p m, y jugaba con él arrojándole un palo para que lo trajera y entonces lanzarlo de nuevo.
Aquella tarde parecía tranquila; sin embargo, todo cambió cuando Nalu se arrojó a un pequeño estanque en busca del palo; las aguas estaban claras y serenas hasta que Marciano vio una sombra avanzando hacia su perro y temió lo peor.
De pronto, un caimán de más de 1,80 metros de largo apresó con sus mandíbulas a Nalu que todo lo que hizo fue emitir un chillido de dolor; entonces Marciano no lo dudó, debía salvar a su amigo. "Me arrojé sobre el caimán con todo mi peso", dijo la mujer, a quien no se le ocurrió nada mejor.
Cuando el reptil sintió el peso de Marciano sobre su cuerpo soltó al perro y atacó a la mujer y le mordió una mano; sin embargo la septuagenaria luchó hasta liberarse y escapó con Nalu. Luego ambos fueron al médico, pues el caimán le había clavado los dientes profundamente, y su dueña tuvo que recibir puntos de sutura por las dentelladas del caimán.
De acuerdo con datos oficiales, Florida tiene una población de caimanes que se calcula en 1,3 millones de ejemplares de todos los tamaños, repartidos por los 67 condados del estado.
Según la Comisión de Vida Salvaje y Pesca de Florida, desde 1948 hay más de 20 casos documentados de muerte de personas a causa de ataques de esos reptiles en este estado, como el ocurrido en 2016 en un hotel del parque Walt Disney World de Orlando, donde un niño de dos años fue arrastrado hasta el agua por un caimán cuando estaba con su familia a orillas de un lago artificial.
