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Pese a que naciones desarrolladas como Estados Unidos, Alemania e Inglaterra avanzan a pasos agigantados para vacunar contra el COVID-19 a la mayoría de su población, tres países considerados tercermundistas están a la cabeza en la lucha contra este virus en menores de edad.
Cuba, El Salvador y Camboya llevan la delantera en la vacunación contra el COVID-19 de niños, con la finalidad de que este sector de la población regrese rápidamente a sus actividades escolares sin grandes riesgos ante el coronavirus.
Cuba es un caso de llamar la atención, pues esta isla caribeña menospreciada en la región no solo está vacunando a menores de edad, sino que lo hace con un antígeno especialmente fabricado para niños en laboratorios de esta nación.
Científicos cubanos desarrollaron con éxito las vacunas Soberana-2 y Abdala, siendo la primera la que se está aplicando a menores de 2 a 18 años, mientras que la segunda está dirigida únicamente a adultos.
Si bien es cierto que estas vacunas no han sido aprobadas por autoridades sanitarias internacionales, esto se debe a temas meramente políticos, tal como sucede con la vacuna rusa Sputnik V.
En El Salvador se ha iniciado la inoculación de niños de 6 a 12 años con la vacuna Sinovac, que pese a tampoco contar con el visto bueno internacional por temas políticos, ya es usada en China en menores de tres años con éxito.
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Este país centroamericano es en estos momentos ejemplo en la campaña de vacunación, pues se han conformado centros especiales de inoculación donde incluso la población puede elegir la vacuna que va a recibir.
Respecto a los menores de edad, la finalidad de las autoridades salvadoreñas es que los menores no corran graves riesgos ante la inminente llegada de variantes del COVID-19 a El Salvador, pues se ha comprobado que mutaciones como la Delta afectan más a población joven.
El caso de Camboya es también de resaltar, pues siendo un país que incluso necesita en varias ocasiones ayuda humanitaria, se ha consolidado como una de las naciones con mejor ritmo en la vacunación.
En este sentido, se debe destacar que se han vacunado en menos de una semana a 300,000 niños con la vacuna Sinovac y aunque no es obligatoria la inoculación para menores de edad, bajo este ritmo se podrán vacunar a los casi dos millones de niños de esta nación en tiempo récord.
El objetivo principal, además de bajar los niveles de contagios, es que los niños regresen seguros a clases presenciales, a fin de evitar un mayor rezago.
Lo anterior debe servir de lección para países como México, que pese a contar con cargamentos constantes de vacunas, no ha iniciado la inoculación de menores, poniendo en grave riesgo a los niños que ya regresaron a las escuelas.
