A prácticamente la mitad del Torneo Grita A21, el Club Puebla se ha estancado en los últimos lugares de la Tabla General, dejando en veremos sus posibilidades al menos de aspirar a puestos de repechaje, luego de que en el certamen pasado clasificó en tercer lugar general.
El Puebla no solo perdió calidad con la salida de jugadores clave como Santiago Ormeño, Salvador Reyes y Omar Fernández, sino que perdió esa alma que había mostrado en cada uno de sus juegos, que llevó a la Franja a ser un equipo de respeto.
Lo sucedido este viernes ante San Luis es el reflejo del terrible momento que vive el Puebla no solo a nivel futbolístico, sino anímico y ante la afición, con la que ya se perdió la comunión que se tuvo en el torneo pasado.
Reflejo de ese mal momento con la tribuna fue el festejo de Amaury Escoto cuando marcó el segundo gol de la Franja, mandando a callar a la afición luego de las críticas recibidas, emulando a Daniel Álvarez, que ante Querétaro hizo algo similar.
Sí bien es cierto que la afición del Puebla es muy resultadista, también es una realidad que los jugadores de la Franja no han mostrado esa sangre que caracterizó al equipo el torneo pasado.
Es por esto que se puede concluir que al Puebla no solo le robaron la calidad, sino el espíritu de lucha y la comunión con la afición, algo que luce difícil de recuperar con jugadores de baja calidad y nula sangre como Daniel Parra.
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