Fundado en 1889, el taller de reparación de instrumentos musicales de viento "Hermanos Olarte" es un negocio familiar que ha logrado trascender en el tiempo con 132 años de existencia.
Actualmente en el taller labora la quinta y sexta generación de la familia. A lo largo de más de un siglo, se han colocado como un taller de prestigio al que acuden los músicos de todo el país, incluso de otros países como España, Estados Unidos o Colombia para reparar sus instrumentos.
"Aquí en México, había algunos instrumentos, algunas bandas de los ejércitos, pero reparadores no había. Somos fundadores, aquí nosotros somos los pioneros de la reparación de instrumentos musicales", comenta Rodrigo, uno de los propietarios.
A pesar del prestigio con el que cuenta el taller, con la llegada de la pandemia de la COVID-19 a México en febrero del 2020, se han enfrentado una difícil situación económica por la falta de trabajo, al no ser un negocio de primera necesidad.
"A nosotros nos bajó por completo, porque nosotros dependemos de los músicos. Y los músicos dependen de las reuniones; de los trabajos en bares, en espectáculos que, obviamente fueron los primeros que tuvieron que dejar para después. No podía haber concentraciones de gente. El músico dejó de tener trabajo y en consecuencia nosotros nos quedamos sin trabajo", explica Héctor, otro de los propietarios.
Pese a la adversidad por la pandemia, la familia reconoce que el taller es un legado familiar que no puede dejarse perder, y esperan que ahora con la flexibilidad en restricciones para actividades económicas, el taller comience a recibir cada vez más instrumentos para reparar.
