La LXV Legislatura del Congreso de la Unión está en marcha y con esto en algunas curules hemos encontrado viejos (muy viejos) conocidos, que estarán tres años trabajando (ojalá) por los mexicanos.
Y créame, amable lector, no me sorprendió en lo mínimo ver a una Blanca Alcalá rindiendo protesta, tampoco me causó extrañeza ver que personajes como Javier Cacique y Lázaro Jiménez Aquino calentarán, digo, ocuparán una curul en el legislativo federal.
Lo que hizo que casi me ahogara con un pedazo de durazno fue leer el nombre de Juan Carlos Natale como diputado federal.
Sí, el mismo “niño verde” poblano que en 2018, siendo candidato al Senado por el Verde, le hizo “fuchi” a su propio partido y en pleno debate se retiró de la candidatura para irle a hacer el caldo gordo a MORENA, específicamente al ahora senador Alejandro Armenta Mier.
Si se escribiera un libro llamado “La suerte del oportunista”, la portada sin duda tendría que mostrar una foto de Juan Carlos Natale, pues no hay manera de explicar cómo llegó a la Cámara de Diputados.
Luego de tomar agua y calmar la tos causada por esta sorpresa, encontré que Natale es ahora diputado federal gracias a que llegó por la vía plurinominal, pero agárrese, no fue por Puebla.
Así como lo lee, el “niño verde” calentará su curul del Congreso de la Unión gracias a que fue candidato plurinominal de la Tercera Circunscripción, esa que integra a los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
O sea que Juan Carlos Natale puede presumir que nada le debe a los poblanos, pues ahora es flamante diputado federal gracias al sureste del país.
De antemano, una disculpa sincera a nuestros amigos veracruzanos, tabasqueños, chiapanecos y anexas por mandarles a tan “brillante” político.
Lo que también me llama la atención es la poca dignidad que hay en el Partido Verde. Ya sabemos que este instituto político es solo comparsa del partido que esté en el poder y sinceramente no tiene razón de existir, pero debería quererse un poquito.
La baja autoestima del Verde -o la falta de perfiles políticos- ha provocado que personajes impresentables como Juan Carlos Natale sean todavía beneficiados, pese a que esto sea no solo un insulto para este partido, sino para toda la sociedad.