El mercado de fichajes del futbol europeo llega a su fin

El mercado de fichajes del futbol europeo llega a su fin

Foto: Xinhua

El mercado de fichaje del fútbol europeo llega a su fin luego de semanas de rumores constantes que terminaron con el cambio de equipo de las dos principales estrellas de la última década, Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, y la incertidumbre hasta última hora sobre Kylian Mbappé.

 

Los equipos grandes, como siempre, acapararon el protagonismo, porque son los únicos capaces de llevar a sus filas a los jugadores más rutilantes, aunque los clubes modestos también se refuerzan cada año en búsqueda de un futbolista que los catapulte en sus respectivas ligas o que les permita venderlo y conseguir la cantidad suficiente para mantenerse con vida.

 

El mercado funciona como la ley de la selva: el más fuerte impone su voluntad y escoge la presa que quiere. Y si la tiene, como pasa con Mbappé, se niega a dejarla salir, al menos que el otro cumpla con sus, muchas veces, pretenciosas condiciones.

 

Pero así se ha movido el más universal por décadas, y así son, también, esas jornadas finales del cierre del mercado, en las cuales directivos y entrenadores intentan conseguir todo lo que les falta para cumplir los objetivos de la temporada.

 

MESSI, LA PRIMERA BOMBA

 

A mediados de 2020, el astro argentino Lionel Messi envió un burofax a la anterior directiva de su club en la cual le pedía que le dejaran partir. El entonces presidente Josep María Bartomeu se negó y el jugador tuvo que vestir la elástica del once catalán una campaña más.

 

Bartomeu tuvo que dimitir por la difícil situación económica del club y en su lugar llegó Joan Laporta, quien, como baza electoral, aseguró que haría todo lo posible para que Messi se quedara en el club hasta su retiro. Y casi lo consigue, solo que la masa salarial descontrolada, una deuda de más de 1.300 millones de euros y el deseo del jugador de estar en un equipo ganador, terminaron por sentenciar la marcha. Messi se fue al PSG, con su amigo Neymar Jr.

 

Claro lo tuvo siempre el brasileño. Sabía que alguna vez volvería a jugar con Messi y al final lo consiguió. Los petrodólares llegados de Catar hacen al PSG un club sin limitaciones financieras, en tanto la UEA se hace de la vista gorda con el fair play financiero, porque solo así se pueden contratar a Gianluigi Donnarumma, Georginio Wijnaldum, Achraf Hakimi, Sergio Ramos y Messi de una tacada. Y también, solo al que no le interesa mucho el dinero, o le da lo mismo unos millones más que unos menos, se resiste a vender a un jugador por la elevada suma de 180 millones de euros, lo que ofreció el Madrid por Mbappé.

 

CRISTIANO SE IBA AL CITY Y TERMINÓ EN EL UNITED

 

Cristiano Ronaldo no estaba a gusto en la Juventus. El crack portugués sabía que con la Vecchia Signora podría ganar la Serie A pero no la Champions, que es lo mismo que decir que podría aspirar a la Bota de Oro, pero no al Balón de Oro. Y el portugués quiere, a toda costa, apurar los dos años que le quedan a buen nivel para intentar igualar a Messi en cuanto al número de galardones.

 

Primero su representante lo ofreció al Madrid. Luego coqueteó con el PSG. Incluso, algunos dicen que hasta con el Barcelona hubo contactos, pero los más serios fueron con el Manchester City del técnico español Pep Guardiola, enemigo acérrimo del Manchester United, el equipo en el que se convirtió en crack mundial.

 

En el United sentó mal la posibilidad de que Cristiano fuera a las filas del enemigo. Incluso, ni él lo quería, aunque era una opción para salir de la Juventus y pelear por la Champions. Entonces se produjo el milagro: Sir Alex Fergusson, otrora entrenador de los Diablos Rojos llamó al portugués, y a cualquiera sabe cuantos más, y el jugador torció de pronto su camino y jugará en Old Trafford, junto a los recién adquiridos Jadon Sancho, Rafael Varanne y el resto de las estrellas del referido club, uno de los favoritos a ganar la Premier, incluso la Champions.

 

EL RESTO DEL MERCADO

 

El resto de los clubes no permanecieron pasivos. En Italia se reforzaron la Juventus y la Roma, con Max Allegri y José Mouriño como entrenadores, pero el Inter, último campeón, perdió tal vez a sus dos mejores jugadores: Achraf Hakimi y Romelu Lukaku.

 

En Alemania, el Bayern Múnich continuó desangrando al resto de los equipos de la Bundesliga, y en la Premier no solo se reforzó el United, sino también el City y el Chelsea, último campeón de Europa, a donde fue a parar el referido Lukaku, después de que vendieran por valor de 200 millones de euros para compensar el gasto realizado por el fornido delantero.

 

En España, el Madrid cuenta las horas y espera que e PSG acepte su oferta por Mbappé, o se arriesga a esperar a enero para intentar ficharlo cuando quede libre, lo cual no sería una opción mala, porque ese monto podría destinarse a Erling Haaland o a otra estrella, pero demasiado peligrosa, porque el francés podría terminar por aceptar una de las tantas propuestas de renovación que le ofrecen para permanecer en París.

 

A estas alturas, solo se sabe que al mercado de traspaso le quedan unas horas muy movidas, pero ni el mismísimo Fabrizio Romano, el joven periodista italiano al que todos toman como referencia para las ventas y las compras, pudiera asegurar cómo estarían conformados mañana cada una de las plantillas, al menos las más reconocidas. (Sputnik)

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