La filial afgana del autodenominado Estado Islámico se desmarcó del régimen talibán y afirmó que dicha organización es un enemigo, pues su interpretación de la ley islámica es moderada ya que son “controlados por otra gente”. Además, la organización terrorista informó que reanudará por completo sus operaciones en el país cuando se retiren las fuerzas internacionales.
Días antes de los atentados en Kabul, en entrevista para la cadena CNN, la cual fue difundida el viernes, un alto comandante del Estado Islámico afirmó, bajo condición de anonimato: "Cuando los extranjeros y los pueblos del mundo abandonen Afganistán, podremos reiniciar nuestras operaciones".
El jueves el Estado Islámico se atribuyó uno de los ataques al aeropuerto de Kabul, lo cual condenaron los talibán, y varios portavoces de Estados Unidos criticaron en redes sociales el compromiso del grupo con la seguridad del pueblo afgano, aunque en la zona donde se ejecutó el atentado la seguridad correspondía a las tropas norteamericanas.
Respecto a la ruptura de las relaciones con los talibán, el alto comandante recordó que, en un momento dado, el Estado Islámico operaba en las fuerzas de la citada organización; sin embargo, se escindieron ya que "esta gente no está alineada con nosotros en lo que a creencias se refiere".
De acuerdo con sus dichos, los talibanes "son incapaces de poner un ejemplo en el que hayan impuesto un castigo fijado por la ley islámica. Nunca han cortado la mano a un ladrón, apedreado a una adúltera o a un asesino. Son incapaces de ello porque están controlados por otra gente".
Por último, el líder yihadista afirmó: "Nosotros no estamos aquí para poner en marcha los planes de otros. Solo queremos hacer cumplir la ley islámica. Quien esté de acuerdo con esto, será nuestro hermano. De lo contrario, le declararemos la guerra, ya sea talibán o cualquier otra persona".
