Hasta 35 pacientes atiende a diario la organización no gubernamental Haiti Air Ambulance, que brinda servicios de emergencia médica en helicóptero, a 12 días del terremoto ocurrido en la zona sur del país y que dejó más de 2.200 fallecidos, 12.000 heridos y 320 desaparecidos.
"Hemos estado tratando entre 24 y 35 pacientes diarios desde el terremoto. Hacemos triage [selección de pacientes] y decidimos si es necesario el traslado a los centros de salud locales para su tratamiento, sobre todo los casos más críticos", explicó Cory Oaks, director de programas de la organización, en diálogo con Sputnik.
En el aeropuerto Toussaint Louverture de Puerto Príncipe, Haïti Air Ambulance, que opera en el país hace siete años, tiene montada una carpa adonde llegan las víctimas, brindan los primeros auxilios y se evalúan sus patologías.
"Empezamos por el nivel primario de atención, si necesitan antibióticos u otros medicamentos y luego facilitamos su inserción en los hospitales, según las necesidades de los pacientes", explicó.
La historia empieza desde antes, en las zonas afectadas por el temblor de 7,2 en la escala de Richter, donde tienen desplegados personal médico con la difícil tarea de evaluar quiénes tienen más probabilidades de sobrevivir, especialmente en los primeros días tras el temblor.
"Hemos estado trabajando con equipos de rescatistas, voluntarios de hospitales locales, doctores, enfermeras, paramédicos y otro personal del grupo médico del ejército norteamericano. Todos trabajamos juntos", señaló a Sputnik.
Doce días después del sismo aún las secuelas son graves en departamentos como Nippes, Grand Anse y Sur, donde se derrumbaron o dañaron más de 130.000 viviendas, y miles de personas continúan en las calles.
Naciones Unidas pidió el 25 de agosto a sus socios donantes 187,3 millones de dólares para atender a medio millón de personas afectadas, e insistió que el financiamiento debía ser inmediato.
El terremoto ocurrió en un país ya golpeado, con más de cuatro millones de personas bajo inseguridad alimentaria, más del 60% de la población por debajo de la línea de la pobreza, y con repetidas crisis políticas que tuvieron su punto álgido con el asesinato del presidente Jovenel Moise (2017-2021) el 7 de julio.
