La gimnasta estadounidense Simone Biles se ganó el respaldo del mundo deportivo al abandonar las pruebas en equipo e individuales de Tokio 2020, argumentando problemas de salud mental que no le permitían disfrutar de la competencia.
Este acto de valentía de Biles ha quedado en duda debido a que se reveló el uso de un fármaco para tratar su trastorno por déficit de atención e hiperactividad, mostrando que tal vez la verdadera razón fue el correr riesgo de dar positivo en una prueba antidopaje.