La situación en las provincias sudafricanas de Gauteng y KwaZulu-Natal, donde se produjeron disturbios, se estabilizó, informó la ministra interina de la Presidencia, Khumbudzo Ntshavheni,
"La situación en Gauteng se estabilizó completamente (...) en KwaZulu-Natal la situación es estable, no se reportaron nuevos casos de saqueos pero se registraron otras tres muertes", dijo Ntshavheni en una rueda de prensa transmitida por el canal SABC News.
Añadió que los disturbios se saldaron con un total de 215 muertos y seis provocadores detenidos.
Los protestas en Sudáfrica comenzaron después de que el expresidente Jacob Zuma (2009-2018) empezó a cumplir su condena en la cárcel.
La Corte Constitucional condenó a Zuma a 15 meses de cárcel por negarse a declarar en un caso de presunta corrupción durante su gobierno. Si bien el exmandatario en un principio se había negado a acatar la sentencia, a última hora del miércoles se entregó a la policía.
Zuma se vio obligado a dimitir en febrero de 2018 –un año antes del fin de su mandato– a instancias de su partido Congreso Nacional Africano en medio de acusaciones de malversación de fondos públicos. Fue relevado en la presidencia por Cyril Ramaphosa.
La justicia le acusaba de fraude, corrupción, lavado de dinero y extorsión, cargos que el líder sudafricano rechazó tajantemente aduciendo que todas sus operaciones financieras fueron vigiladas por los organismos competentes.
En 2009 Zuma ya enfrentó 783 cargos de corrupción relacionados con contratos públicos para la adquisición de armas en los años 90, pero después de su victoria en los comicios presidenciales en 2009, la Fiscalía decidió cerrar el caso, alegando que el proceso obstaculizaría la vida política del país.
