
Científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, consiguieron enfriar, por primera vez, un objeto grande a escala humana, con una masa equivalente a 10 kilogramos y compuesto por casi un octillón de átomos, hasta acercarlo a su estado básico de movimiento.
Antes de llevar a cabo esta investigación, los físicos lograron superenfriar objetos más pequeños, de la escala de nanogramos, a fin de que sus átomos estuvieran prácticamente parados, hasta el llamado “estado cuántico puro”, tras conseguirlo, se dispusieron a ir más allá y practicar con enseres de mayores dimensiones.
Para llevar a cabo el experimento, los científicos se valieron del Observatorio de Ondas Gravitacionales del Interferómetro Láser (LIGO), mediante el cual pudieron medir el movimiento de las masas con extrema precisión y sobreenfriar el movimiento del objeto desde la temperatura ambiente hasta 77 nanokelvin, muy cerca de su estado básico de movimiento, que se piensa es de 10 nanokelvins, casi el cero absoluto.
Al respecto, Vivishek Sudhir, profesor adjunto de Ingeniería Mecánica del MIT, dijo: "Esto es comparable a la temperatura a la que los físicos atómicos enfrían sus átomos para llegar a su estado básico, y eso es con una pequeña nube de quizás un millón de átomos, que pesan picogramos. Así que es sorprendente que se pueda enfriar algo mucho más pesado hasta la misma temperatura".
De acuerdo con la revista Science, que publicó los resultados de esta investigación, la masa tratada representa el objeto de mayor tamaño que se ha enfriado hasta acercarse a su estado básico de movimiento, lo cual brinda posibilidades para estudiar los efectos de la gravedad en objetos relativamente grandes en estados cuánticos.
En este sentido, Sudhir se mostró optimista con esta nueva investigación: "Nadie ha observado nunca cómo actúa la gravedad sobre estados cuánticos masivos. Hemos demostrado cómo preparar objetos a escala de un kilogramo en estados cuánticos. Esto abre por fin la puerta a un estudio experimental de cómo la gravedad podría afectar a los grandes objetos cuánticos, algo que hasta ahora solo se había soñado", concluyó.