El micropartido Fuerza por México tenía la posibilidad de salvar su registro en Puebla y convertirse en partido político local, pero el desdén del dirigente nacional de este instituto, Gerardo Islas Maldonado, terminó por condenarlo a muerte.
A nivel nacional, Fuerza por México no obtuvo el 3 % de preferencias electorales necesario para mantener el registro, por lo que una opción para este partido de relleno era seguir con vida al menos en algunas entidades como Puebla.