Permanece el misterio luego de que el 24 de junio un grupo de pescadores que navegaba a un kilómetro de Providenciales, una de las islas más grandes que forma parte del archipiélago Turks and Caicos, en el Mar Caribe, encontró un navío abandonado con 20 cadáveres en su interior, entre ellos dos niños; el hallazgo generó todo tipo de especulaciones, aunque ninguna ha sido confirmada.
Hasta el momento, las autoridades de Providenciales descartaron el asesinato, y se enfocan en las identidades y los orígenes de los fallecidos para intentar determinar qué pasó a bordo. El comisionado de policía, Trevor Botting, señaló: “Mis investigadores están trabajando para establecer sus identidades y cómo se encontraron con su muerte”.
Asimismo, se sabe que el barco, que es extranjero, no tenía a Turks and Caicos como destino final, el cual es un “imán” para haitianos que tratan tratan de escapar de la pobreza de su nación; pero también es un lugar usado como punto de transbordo por los traficantes de personas.
Tal fue el caso del canadiense Srikajamukam Chelliah nacido en Sri Lanka, quien en junio de 2020, fue declarado culpable ante un juez de Turks and Caicos y sentenciado a 14 meses de cárcel por trata de personas.
Más tarde fue extraditado al estado de la Florida y sentenciado a 32 meses más por conspirar el contrabando a Estados Unidos el año previo, pues dirigía un barco con destino final a Estados Unidos con 158 personas a bordo, incluyendo 28 nativos de Sri Lanka.
Por último, Trevor Botting dio sus condolencias a la familias de las víctimas, “Cualesquiera que sean las circunstancias, esta es una situación trágica en la que muchas personas han perdido la vida y los pensamientos y las oraciones de la Fuerza están con las familias que han perdido a un ser querido. Haremos todo lo posible para identificarlos y comunicarnos con sus familias".