Recuerdos del cine del maestro Krzysztof Kieslowski

Recuerdos del cine del maestro Krzysztof Kieslowski

Pensar en el viejo bloque comunista y no relacionarlo con el buen cine que produjo y exportó al mundo sería una injusticia. Hablar de esa cinematografía y no citar al gran maestro polaco, Krzysztof Kieslowski, es como pensar en el cine mexicano y no mencionar al “Indio” Fernández,  “Tin Tan” o “Alfonso Cuarón”, por mencionar solo algunos.

 

Kieslowski fue considerado como el más grande director que haya dado Polonia, aunque de la mano vinieron figuras como Dziga Vértov, Andrzej Wajda o Roman Polanski.

 

De temperamento fuerte, el cineasta reflejaba su personalidad arrolladora y extremista en cada una de las secuencias que dirigía, destacando detalles en pantalla que hacían ver sus historias con argumentos minuciosos.

 

Su filmografía es tan extensa como sus premios alrededor del mundo, aunque son dos secuelas las que lo dieron a conocer y le otorgaron el reconocimiento de los críticos a nivel internacional, “El decálogo” y “La trilogía de los colores”.

 

El decálogo”, como su nombre lo indica, es un conjunto de 10 filmes, hechos en su origen para la televisión polaca que, tras el rotundo éxito conseguido, se trasladaron a la pantalla grande. Kieslowski había iniciado este proyecto como una forma de extraer talentos jóvenes del cine de su país, pero la magnitud que alcanzó lo orillaron a seguir dirigiendo cada uno de las películas.

 

En esta serie, el polaco se interna en los diez mandamientos católicos con historias situadas en la ciudad de Varsovia, donde se apropia de los espacios más lujosos –por no decir los menos demacrados- y los explota a detalle para conseguir una obra que quedó para la posteridad. De esta zaga, la más conocida en México es “No amarás”.

 

Por su parte, “La trilogía de los colores” es una evocación a la bandera francesa. Sus tres películas “Azul”, “Blanco” y “Rojo” son historias individuales, pero que al final de la zaga se engarzan en una secuencia. Todas las imágenes son filmadas en Francia y también en todas las cintas se hace referencia a Polonia, aunque además de esta particularidad, se debe dar la parte del crédito que merece su guionista y amigo Krzysztof Piecievic, al lado de quien filmó cada una de estas obras maestras.

 

Toda la filmografía del maestro Kieslowski es digna de reconocimiento y valen la pena para pasar una tarde de buen cine en casa, le aseguro que no se arrepentirá.

 

Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.

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