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Científicos del Jet Propulsion Laboratory de la NASA y la Universidad de Nuevo México (EU) ha descubierto, a unos 90 años luz de la Tierra, un exoplaneta que es similar a nuestro planeta en cuanto a temperatura.
El hallazgo estuvo a cargo de un equipo internacional que incluye a Diana Dragomir, de la Universidad de Nuevo México, y a Jennifer Burt, del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
De acuerdo con Dragomir, el cuerpo celeste fue nombrado TOI1231 b. Es más grande que la Tierra y más pequeño que Neptuno; se encuentra a unos 90 años luz fuera de nuestro sistema solar. Es del tamaño de un subneptuno con una órbita de 24 días, y está ocho veces más cerca de su estrella que la Tierra del Sol.
Gracias a que su estrella es una enana roja. la temperatura del exoplaneta es similar a la de la Tierra, ya que es mucho más fría y menos brillante que el Sol. Las enanas rojas son el tipo de cuerpos celestes más comunes en la Vía Láctea, constituyen alrededor del 70% de todas las estrellas de nuestra galaxia.
Además, la temperatura de su atmósfera es de aproximadamente 330 Kelvin, o 60 grados centígrados, lo cual hace del TOI-1231b uno de los pequeños exoplanetas más fríos accesibles para los estudios atmosféricos. Los expertos dicen que es posible que haya nubes altas en lo alto de la atmósfera, lo cual sería una evidencia de agua.
Hasta el momento se desconoce la composición y la extensión de su atmósfera; sin embargo, TOI-1231 b podría tener una gran atmósfera de hidrógeno o de hidrógeno y helio, o más densa con un contenido rico en vapor de agua, lo cual apuntaría a un origen diferente y permitiría averiguar si los planetas alrededor de las enanas rojas tienden a formarse de manera diferente a como lo hacen los planetas en torno a estrellas como el Sol y hasta qué punto permiten la formación de mundos habitables.
Para estudiar las propiedades del exoplaneta, los astrónomos utilizaron datos fotométricos del satélite de sondeo de exoplanetas en tránsito (TESS, por sus siglas en inglés), el telescopio espacial de la NASA que se lanzó en abril de 2018. Asimismo, los expertos emplearán el telescopio espacial Hubble para llevar a cabo futuras investigaciones al respecto.
