Dieta a base de plantas y pescado reduce riesgo de contagio de COVID-19: estudio

Dieta a base de plantas y pescado reduce riesgo de contagio de COVID-19: estudio

Foto: Pixabay

La alimentación tiene un papel importante en la gravedad de los síntomas de una afección y en la recuperación de la misma. Comer saludable reduce el riesgo de padecer enfermedades, y lo mismo sucede con el COVID-19, pues un estudio publicado en la revista BMJ Nutrition Prevention & Health, reveló que las dietas a base de plantas y de pescado ayudan a reducir las probabilidades de desarrollar una infección moderada a grave de coronavirus.

 

Para llevar a cabo la investigación, los investigadores elaboraron una encuesta en línea sobre patrones dietéticos, entre julio y septiembre de 2020, a más de 2,000 médicos y enfermeras con una amplia exposición al COVID-19 en Francia, Alemania, Italia, España, el Reino Unido y Estados Unidos.

 

El estudio reveló que aquellos que consumían una dieta basada en plantas mostraban hasta un 73% menos de probabilidad de padecer una infección por COVID-19 moderada o grave; aquellos que seguían una dieta pescetariana tenían hasta un 59% menos de riesgo de enfermedad moderada o grave.

 

Asimismo, los que consumían una dieta baja en carbohidratos y alta en proteínas presentaban casi cuatro veces más probabilidades de sufrir una infección moderada o grave que los que ingieren una dieta basada en plantas.

 

En este sentido, los investigadores explican que las dietas a base de plantas son ricas en nutrientes, vitaminas y minerales, todos los cuales son importantes para un sistema inmune saludable, mientras que el pescado es una fuente importante de vitamina D y ácidos grasos omega-3, los cuales tienen propiedades antiinflamatorias.

 

De acuerdo con lo dicho por la licenciada en Nutrición Delfina Fahey a Infobae: “una dieta basada en plantas apunta a una alimentación más consciente en la que se priorice el consumo de alimentos de origen vegetal. No es un plan estricto para adelgazar, sino una filosofía de vida para quienes desean cuidar su salud y el medio ambiente. Esta propuesta se basa en incluir frutas, verduras, frutos secos, granos, legumbres y semillas, dejando aquellos productos de origen animal en proporciones muy pequeñas o nulas, de manera ocasional”.

 

Además, los virus como COVID-19, SARS, espongiforme bovino, gripe porcina y gripe aviar provienen de animales, descritos por los científicos como y clasificadas como enfermedades zoonóticas, las cuales se generan por la forma en que la sociedad cría, cosecha y come animales. Por ello, la ONU expuso algunas acciones necesarias para mejorar la producción de alimentos.

 

Entre las medidas destacan ampliar la investigación científica sobre las dimensiones ambientales de las enfermedades zoonóticas y desarrollar e implementar disposiciones de bioseguridad más sólidas. Además, requiere políticas que fortalezcan la salud animal (incluidos los servicios de salud de la vida silvestre) y mayor capacidad para monitorear y regular la producción de alimentos. También recomienda que los estados encuentren formas de reducir la demanda de proteína animal.

 

Se sabe que los hábitos alimenticios tienen un impacto ambiental y sanitario, pues hay un claro vínculo entre el consumo de productos animales y las enfermedades zoonóticas. Por ello, los expertos advierten que no se trata de si habrá otra pandemia, sino de cuándo.

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