El nuevo coronavirus y el viejo dilema de las vacunas

El nuevo coronavirus y el viejo dilema de las vacunas

Foto: Xinhua

La fiabilidad de las vacunas contra el coronavirus y el orden establecido para la inmunización genera polémica en muchos países. En otros todo parece sencillo, y las autoridades solo aguardan por el fármaco para decidir con quiénes comenzar o continuar el proceso.

 

Mientras en América, Asia y África, incluso en algunos estados europeos, apenas alcanzan las vacunas para iniciar el tratamiento a todos aquellos que quieren inmunizarse, en otros hay campañas para no hacerlo, con pretextos diferentes, entre ellos que el coronavirus es un invento de los políticos, o que no está probada la eficacia de los fármacos que se usan para combatir el covid-19.

 

No son situaciones nuevas. Son cosas que se han visto desde siempre, en muchos casos por la facilidad de algunos grupos de manipular a otros, sobre todo en cuanto a temas médicos se refiere. La historia de la humanidad, sobre todo la más reciente, está marcada por recelos referentes a avances científicos, y a la vez, tratamientos fantasmas, falsos curadores o medicamentos prodigiosos que jamás demostraron eficacia alguna, pero que tuvieron una sólida campaña detrás.

 

Todo eso se multiplicó por millones en estos tiempos de nuevas tecnologías, de redes sociales, de 'fake news', y generó, y aún genera, alarma en grupos humanos, a veces demasiado numerosos.

 

VACUNAS SUFICIENTES, PERO...

 

En Rusia, por ejemplo, solo 30.7 millones de personas se han puesto al menos una dosis, aunque los centros de inmunización permanecen abiertos, con fármacos disponibles para todo el que lo necesite, en tanto algunos muestran sus dudas y han optado por evitar la inyección.

 

La Sputnik V, la más conocida de las vacunas rusas, autorizada en más de 60 países donde vive un tercio de la población mundial, todavía no ha sido autorizada en Europa, y tal vez esa razón, junto a la campaña mediática en su contra luego de que, en agosto pasado, se convirtiera en la primera registrada en el mundo, puede pesar en las dudas de los habitantes del país a la hora de tomar la decisión de ponérsela.

 

El fármaco, según los estudios que fueron publicados incluso por la revista especializada The Lancet, en el Reino Unido, tiene una eficacia superior al 97 por ciento, pero a pesar de todo en Rusia hay más vacunas que personas interesadas en vacunarse.

 

En Israel pasa lo mismo. El gobierno israelí adquirió vacunas suficientes para inmunizar a toda su población, pero hay grupos dentro de la sociedad que se niegan a usarlas y lanzan amenazas contra los responsables gubernamentales de las campañas.

 

Esta semana comienza en Israel la inmunización de la población de entre 12 y 15 años y los ruidosos movimientos antivacuna han ido un paso más allá y amenazado a la asesora nacional de vacunación, la profesora Galia Rahav, del Centro Médico Sheba, quien ha recibido amenazas de muerte durante todo el proceso de aprobación para la inoculación de niños.

 

Rahav denunció haber recibido mensajes amenazantes en línea, incluidas imágenes de lápidas con su nombre, e incluso dijo haber recibido "pulsa dinora", una maldición de muerte judía que se traduce literalmente como "latigazos de fuego", informó la emisora pública Kan.

 

En Estados Unidos, uno de los países más afectados por el coronavirus, las campañas provacunas llevan a las autoridades estaduales a promover premios, incluso, para motivar a las personas a inmunizarse, porque algunos no creen en los fármacos o piensan que son mecanismos del Gobierno para establecer algún tipo de control y limitar sus libertades individuales.

 

ANSIEDAD POR LAS VACUNAS

 

En otras regiones, sin embargo, hay ansiedad por las vacunas y una buena parte de la población clama por ellas o pide acciones de sus gobiernos respectivos para que las adquiera, aunque es muy probable que un por ciento de sus habitantes también se niegue a inocularse.

 

Son cosas normales que ocurren en cualquier país, sobre todo en aquellos donde hay visiones dispares de la realidad, motivadas por la influencia de los medios o el accionar de los políticos, con la intención de sacar rédito de la situación de la pandemia.

 

Aunque hay casos atípicos, como Cuba, donde la población acude a inocularse masivamente, aunque ninguno de sus candidatos -hasta cinco, un número asombroso para un país que enfrenta la peor crisis económica en decenas de años- haya superado el período total de pruebas y su eficacia no haya sido probada, o al menos publicada hasta el momento. (Sputnik)

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