Por un momento, con la salida de Zidane, las aguas en el Real Madrid se volvieron turbulentas, pero la directiva apeló a Carlo Ancelotti para amainar la tormenta y devolver la esperanza a unos seguidores que siempre miran a Europa.
El adiós de 'Zizou' y su carta de despedida, alabada por unos y criticada por otros, sembraron dudas en el futuro proyecto del equipo blanco, cuya directiva manejó los nombres de varios entrenadores para sustituir al francés, hasta que apareció el italiano en escena.
Desde hace meses, ante la inminente salida de Zidane, se habló de Raúl como probable sustituto. A esa lista luego se sumó Massimiliano Allegri, que estaba sin trabajo, y más tarde Antonio Conte, quien había abandonado las filas del campeón de Italia, el Inter de Milán. Incluso, se pensó y muy en serio en el argentino Mauricio Pochettino, actual técnico del PSG francés.
Solo en el último momento salió a escena Ancelotti, que tenía contrato con el Everton inglés. Y fue el elegido, tal vez con la intención de seguir la ruta trazada con anterioridad, aunque motivado por la supuesta falta de experiencia de Raúl, las 'calabazas' que le dio Allegri al firmar con la Juventus, la fama de conflictivo de Conte, y la negativa del PSG a dejar salir a Pochettino.
SEGUNDAS PARTES
'Carletto', sin embargo, no llega como un desahuciado, ni como a una papa caliente a la que se agarra el club porque no tenía más opciones. Desembarca con el aval de haber estado al frente del mismo banquillo en el pasado, y con la décima Copa de Europa (para el Madrid) en su palmarés, entre otros títulos.
El otrora jugador del Milán tiene un currículum impresionante, que incluye cinco títulos de Champions, dos de ellos como jugador, además de trofeos de campeón como técnico en Italia (Milán AC), Francia (PSG), Inglaterra (Chelsea) y Alemania (Bayern).
Le falta ganar en España para redondear una hazaña única y que será muy difícil de repetir, incluso para esos trotamundos del fútbol que se la pasan dirigiendo acá o allá, como José Mourinho o Pep Guardiola, por citar solo a dos de los más exitosos en los últimos años. El primero tiene coronas en Portugal (Porto), Inglaterra (Chelsea), Italia (Inter de Milán) y España (Real Madrid), y el segundo en España (Barcelona), Alemania (Bayern) e Inglaterra (Manchester City).
El Real Madrid espera que aquello de que segundas partes nunca fueron buenas, no se cumpla con Ancelotti, un técnico muy del gusto del presidente Florentino Pérez desde siempre, y también de los aficionados del club, quienes disfrutan del fútbol casi siempre ofensivo y vistoso del técnico italiano.
¿PAZ O REVOLUCIÓN?
Zidane siempre tuvo en el Madrid varios frentes abiertos, y, a pesar de sus indiscutidos éxitos, enfrentó a una prensa volátil que le reconoció sus éxitos pero lo criticó por sus decisiones, aunque la mayoría de los medios fue dura con el galo al que le dieron palos por bogar y también por no hacerlo.
Si 'Zizou' utilizaba a los jóvenes, lo criticaban por marginar a los veteranos o viceversa. Y si ganaba con un once tipo, le llovían las críticas porque lo utilizaba demasiado, en tanto si rotaba y las cosas no salían bien, también lo ponían contra la pared. Todo eso sin contar que la salida, en calidad de cedidos o casi regalados, de algunos jugadores le creo enemistades, porque se trató de fichajes caros para el Madrid, o con salarios altísimos, como Garet Bale, James Rodríguez o Luka Jovic.
Ancelotti llega para aplacar los ruidos y poner orden. Para unos mantendrá la paz que logró Zidane en el banquillo, pero una parte de la prensa y la afición quiere una revolución. Y eso se traduce en la salida de algunos jugadores que vieron pasar sus mejores años, como el propio Bale, Isco Alarcón o Marcelo, por solo citar a tres.
Más allá de eso, el club le pide títulos, porque en el Madrid necesitas ganar para conservar tu puesto, y Ancelotti lo sabe mejor que nadie, porque en 2015, a pesar de caer en semifinales de Champions y quedar a un punto del campeón de la Liga, fue despedido.
Pero Ancelotti es un veterano en estas funciones de dirigir vestuarios, manejar egos, ganar títulos y darle entrada o salida a jugadores, y eso hará en el Madrid, aunque para ganar en Europa necesitará de refuerzo y eso se traduce en goles, o en nombres como Kilyán Mbappé o Erling Haaland y seguro que hacia ellos mira. (Sputnik)