La Copa América se jugará en Brasilia y en otros cinco estados brasileños, afirmó el presidente Jair Bolsonaro en un acto en el Ministerio de Salud.
Según Bolsonaro, los gobernadores del Distrito Federal (Brasilia, centro-oeste), Río de Janeiro (sureste), Mato Grosso do Sul (suroeste), Goiás (centro-oeste) y "un quinto que llegó un poco atrasado" aceptaron albergar partidos del torneo de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).
El presidente no especificó cuál sería el quinto estado, pero el gobernador de Sao Paulo (sureste), Joao Doria, su principal rival político, dijo el 31 de mayo que acepta recibir la competición siempre que se sigan los protocolos de prevención contra el COVID-19 vigentes en el estado.
Bolsonaro hizo el anuncio durante la ceremonia de transferencia de la tecnología de la vacuna contra el COVID-19 de la Universidad de Oxford y AstraZeneca a la Fundación Oswaldo Cruz, del Ministerio de Salud brasileño.
Tras la confirmación de la celebración de la Copa América en Brasil, el ministro jefe de la Casa Civil (equivalente a primer ministro), Luiz Eduardo Ramos, celebró la decisión diciendo que "venció la coherencia".
En su opinión, si Brasil ya alberga otras competiciones y los torneos nacionales, "no podía dar la espalda" a un evento tan tradicional como la Copa América.
La Conmebol anunció que Brasil acogería la competición del 11 al 10 de julio en sustitución de Argentina y Colombia, las primeras opciones.
La decisión de trasladar el campeonato a Brasil fue recibida con muchas críticas tanto en el mundo político como entre especialistas en la pandemia del COVID-19, que alertan que el país podría estar a punto de vivir una tercera ola de contagios.
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