El Gobierno brasileño afirmó en la noche de este lunes que todavía no hay confirmación de que el país será la sede de la Copa América de futbol, anunciada anteriormente por la Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol), que sorprendió al país y generó duras críticas por parte de científicos, políticos y la prensa.
"Todavía no hay nada cerrado, quiero dejar esto de forma bien clara. Estamos en medio del proceso. Pero no vamos a rehuir la demanda, en caso de que sea posible de atender", declaró el ministro de la Casa Civil (gabinete), Luiz Eduardo Ramos, en la primera manifestación oficial desde la divulgación de la elección de Brasil por la Conmebol.
En la entrevista a la prensa, Ramos destacó que no entendió las críticas a la elección de Brasil como sede de la Copa América, ya que el país realiza en el momento el Campeonato Brasileño, con 20 equipos en la primera división y 20 en la segunda y recibe partidos de la Copa Libertadores.
Sin embargo, afirmó que el Gobierno establecerá condiciones para la realización del torneo, como que no haya público y que todos los miembros de las delegaciones reciban la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2, causante de la COVID-19.
"Mañana (martes) tendremos una posición final", agregó.
"La CONMEBOL @CopaAmerica 2021 se jugará en Brasil! Las fechas de inicio y finalización del torneo están confirmadas. Las sedes y el fixture serán informados por la CONMEBOL en las próximas horas", dijo el organismo rector del fútbol sudamericano en su cuenta de Twitter.
El anuncio de la Conmebol desató una oleada de críticas en Brasil, que ya registra más de 462,000 muertes y 16.5 millones de infectados por COVID-19 y es el segundo país del mundo en muertos y el tercero en contagios y que, de acuerdo con especialistas sanitarios, está al borde de una tercera ola del virus, que podría iniciarse en mediados de junio, lo que coincidiría con el inicio de la Copa América.
Gobernadores de varios estados en los cuales hay arenas que albergaron partidos del Mundial de Fútbol de 2014 y la Copa América de 2019, entre ellos los de Pernambuco, Bahía, Río Grande do Norte y Río Grande do Sul, ya se manifestaron contrarios a recibir los juegos.