El presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez agradecía emocionado en Twitter el "ok" del presidente Jair Bolsonaro a albergar la Copa América en Brasil, pero pocas horas después la cascada de críticas a la decisión provocó un ruido considerable.
La "Copa de las tumbas" o "la cepa América", llegaron a ironizar algunos, por la dramática situación que vive el gigante sudamericano por la pandemia, acercándose ya al medio millón de muertos.
Las reacciones en el enésimo país anfitrión del torneo fueron desde la tímida acogida del vicepresidente, diciendo que Brasil presenta "menos riesgo" que Argentina, hasta la negativa de algunas regiones a acoger partidos y la oposición frontal de muchos políticos, que vieron en el gesto una nueva demostración de irresponsabilidad de Bolsonaro.
Los estados de Pernambuco y Rio Grande do Norte (ambos en el nordeste) fueron los primeros en avisar de que no están en condiciones de acoger partidos.
Sus respectivas capitales, Recife y Natal, albergan dos enormes estadios construidos para el Mundial de Fútbol de 2014 y sonaban en las quinielas como posibles ciudades sede, pero decidieron anticiparse.
La decisión causó un enorme revuelo en el Congreso Nacional, sobre todo en los pasillos del Senado, donde estos días una comisión especial investiga los posibles delitos cometidos por el Gobierno de Bolsonaro en la gestión de la pandemia.
El relator de esa comisión, el senador Renan Calheiros, se mostró en contra de forma tajante.
"Con más de 462.000 muertos albergar la Copa América es un campeonato de la muerte. Sindicato de negacionistas: Gobierno, Conmebol y Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). Las ofertas de las vacunas se pudrieron en las gavetas, pero el "ok" al torneo fue ágil. Es un escándalo", criticó.
El senador Randolfe Rodrigues, vicepresidente de la comisión, fue más allá y pidió convocar al presidente de la CBF para que explique qué medidas se han planeado para garantizar la seguridad sanitaria de los brasileños, dada la rapidez con la que se tomó la decisión.
La oposición, radicalmente en contra
Las reacciones más duras se dieron entre los partidos de la oposición. El Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2011) anunció un recurso ante el Tribunal Supremo para frenar el evento.
El laborista Ciro Gomes, candidato a presidente en las próximas elecciones, aseguró que no se puede hacer demagogia con el fútbol a cambio de "la muerte de inocentes".
El líder del Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Guilherme Boulos recordó que Brasil tiene seis veces más muertos por COVID-19 que Argentina, que acabó siendo descartada como país sede. "Es reírse en la cara de nuestra gente" criticó.
Otros echaron mano de la ironía y los juegos de palabras. El exministro de Salud (y médico) Luiz Henrique Mandetta, destituido por Bolsonaro hace un año por sus diferencias a la hora de gestionar la pandemia, subrayó que en estos momentos la pandemia está en expansión y llamó al torneo "Cova América" (en portugués, "cova" significa tumba).
"Un cinismo total hacia lo que está pasando, es increíble", lamentó.
No fue el único médico en posicionarse contra la celebración de la competición. El infectólogo de la Sociedad Brasileña de Infectología (SBI) Marcelo Otsuka recordó en la cadena Globonews que Brasil sigue "con unos números que aún son alarmantes, cerca de 2.000 muertos al día".
Aunque los partidos se celebren a puerta cerrada, sin público en las gradas, la mayoría de especialistas no cree que sea un buen momento.
"Hay un simbolismo muy fuerte (…) cuando ídolos y personas que la población admira están viviendo una vida "normal", sin máscaras, sin respetar las reglas, hay un impacto muy grande. Ahora necesitamos la ayuda de todos los sectores", subrayó.
En busca de una mascota: ¿Coronito?
En internet, los comentarios y "memes" estuvieron dominados por el sarcasmo, incluso con encuestas para elegir a la mascota del torneo: ¿Coronito? ¿Cepinha? ¿Juninho COVID? Otros, los menos, recordaban que no habría problemas en celebrar la Copa América si se han podido celebrar competiciones nacionales.
Sin embargo, el estudio "COVID-19 en atletas del Campeonato Brasileño de Fútbol ("Brasileirão"), realizado por profesores de la Universidades Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y de la Universidad Federal de Paraíba (UFPA), develó un escenario preocupante.
Del total de 625 jugadores (distribuidos en los 20 equipos de la serie A), un total de 302 (el 48,3%) resultaron positivo en COVID-19 en algún momento. Según los autores del estudio, el índice de infección es casi 13 veces superior al de la población general, "denotando que los clubes actúan como clústers infecciosos eficientes". (Sputnik)