Desde el año 2016, el Comité Olímpico Internacional (COI) otorgó un fallo a favor de la comunidad trans para poder competir en los juegos olímpicos bajo determinadas condiciones. Dentro del reglamento nuevo se estableció que en la transición hombres trans no existe mayor inconveniente, pero en mujeres trans, estas deben demostrar un control hormonal por debajo de los límites (10nmol/L).
Estos límites fueron establecidos con la finalidad de no otorgar ningún tipo de ventaja en una competición femenil. Desafortunadamente, lo que parecía ser un triunfo ante la igualdad y la identidad de género se volvió un debate sin tregua cercana. Esto debido a las críticas hacia si realmente las mujeres trans tienen un lugar dentro de la competición femenil. Defender los derechos de las personas trans requerirá más que una acción judicial y legislativa, pues es necesario eliminar las creencias inexactas, binarias y dañinas sobre el género subyacentes de estas políticas.
"Los esfuerzos para excluir a subgrupos de niñas de los deportes pueden socavar la unidad del equipo y también fomentar la división al vigilar quién es 'realmente' una niña", comentó Helen Carroll. Carroll es pionera en la lucha por los derechos, entrenadora, administradora y directora deportiva del Centro Nacional para los Derechos de las Lesbianas (NCLR por sus siglas en inglés). Carroll agregó: "Durante los últimos nueve años, atletas transgénero han podido competir en equipos en colegios y universidades, sin interrumpir los deportes universitarios femeninos".
Recientemente, Laurel Hubbard, halterista neozelandesa se ha convertido en la primera atleta trans en acudir a los Juegos Olímpicos en su disciplina después del cambio de parámetros para su ingreso. Desafortunadamente, su victoria se vio dividida entre quienes la apoyan y quienes la llaman "usurpadora" por considerar que posee una ventaja injusta ante el resto de sus compañeras.
Como ella, el triatleta Chris Mosier, la luchadora Fallon Fox, la futbolista Jaiyah Saelua, el luchador Mack Beggs, la voleibolista Tifanny Abreu, son solo ejemplos de atletas de élite que han luchado contra corriente y han servido de inspiración para la comunidad trans.
De acuerdo a la endocrinóloga Deanna Adkins, quien ha hecho un arduo trabajo en adolescentes trans, declaró "excluir a los atletas trans puede ser profundamente dañino. Sé por experiencia con mis pacientes que puede ser extremadamente dañino para un joven transgénero ser excluido del equipo de acuerdo con su identidad de género".
Estudios y artículos sobre esta controversia aseguran existe una idea equivoca sobre el género, como la percepción de las atletas trans como hombres. La idea binaria de considerar a los hombres más fuertes o más rápidos debido a sus niveles de testosterona no permite reconocer la discriminación hacia los cuerpos trans.
Quienes apoyan la inclusión en los Juegos Olímpicos o en deportes en general proclaman sobre cómo las atletas cisgénero tienen niveles altos de testosterona. Otro argumento a favor es que otros cuerpos con ventajas por su complexión no reciben un veto de la justa olímpica, por ejemplo Michael Phelps y su "cuerpo perfecto" en natación.
Si se pretende alcanzar la equidad, es obligatorio mirar los principios de la carta olímpica donde dice que todo individuo debe tener la posibilidad de practicar deporte sin discriminación de ningún tipo. Mediante este argumento la no discriminación hacia la comunidad trans debe aplicar en todos los niveles, no sólo para los Juegos Olímpicos.