El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió esfuerzos para abordar las desigualdades a fin de reencauzar al mundo para acabar con el sida para 2030.
Ha habido una acción y avances intensos contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en algunos lugares y grupos de población, pero ha habido inacción en otros lugares, lo que ha permitido que la epidemia de VIH crezca y que aumenten las muertes, indicó Guterres en un informe publicado hoy.
Seis años después de que la Asamblea General de la ONU fijó el ambicioso objetivo mundial de acabar con el sida para 2030, se ha perdido impulso. Los objetivos mundiales para 2020, acordados en 2016, no se cumplieron, añadió.
De acuerdo con el informe, los 1.7 millones de nuevos contagios por VIH ocurridos en 2019 son más del triple que el objetivo de 2020 de tener menos de 500,000 nuevos contagios. Además, las 690,000 muertes relacionadas con el sida registradas en 2019 superaron por mucho el objetivo de 2020 de reducir los decesos a menos 500,000 al año.
"El agudo contraste entre los éxitos en algunas áreas y los fracasos en otras confirma que el VIH sigue siendo una pandemia de desigualdades. Regresar al camino requerirá acciones transformadoras y urgentes para reducir y poner fin a las desigualdades, así como para incrementar la inversión nacional e internacional en VIH, salud, protección social, respuesta humanitaria y sistemas de preparación y control de pandemias", dijo Guterres en el informe.
El secretario general hizo diez recomendaciones que incluyen: reducir y poner fin a las desigualdades que están obstruyendo los avances para acabar con el sida; dar prioridad a la prevención del VIH y garantizar que el 95 por ciento de la población en riesgo de contraer VIH tenga acceso a y utilice opciones efectivas de prevención combinadas para 2025; cerrar las brechas en la realización de pruebas, tratamiento y supresión viral del VIH; eliminar la transmisión vertical del VIH y acabar con el sida pediátrico; poner en primer plano la equidad de género y los derechos humanos de mujeres y niñas para mitigar el riesgo y efectos del VIH; cerrar la brecha de recursos de respuesta al VIH e incrementar las inversiones anuales en VIH de países de ingresos bajos y medios a 29,000 millones de dólares para 2025.
El COVID-19 ha causado retrocesos adicionales. La pandemia no es una excusa para no cumplir los objetivos contra el sida, sino una fuerte advertencia para los países en el sentido de que ya no pueden permitirse invertir menos de lo necesario en la preparación y la respuesta a las pandemias, dijo Guterres.
