Sobrevivientes de COVID-19 tienen 60% más probabilidades de morir tras el contagio

Sobrevivientes de COVID-19 tienen 60% más probabilidades de morir tras el contagio

Foto: Xinhua

Los sobrevivientes del COVID-19 tienen 60% más probabilidades de morir en los seis meses posteriores a la enfermedad. El riesgo de muerte aumenta incluso en las personas que tuvieron el virus en forma leve debido a otras complicaciones de salud, señalan los investigadores estadounidenses.

 

La investigación involucró a 87,000 pacientes que padecieron de COVID-19 y casi 5 millones de pacientes de control de una base de datos federal. Para comprender más la especificidad de los efectos del coronavirus, el grupo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (EU) compararon los datos de los pacientes con coronavirus con los de los contagiados de gripe.

 

"Nuestro estudio demuestra que hasta seis meses después del diagnóstico, el riesgo de muerte incluso después de un caso leve de COVID-19 no es poco y aumenta a medida que la enfermedad es más grave", señala Ziyad Al-Aly, autor principal del estudio.

 

De acuerdo con la investigación, publicada en la revista Nature, en comparación con la gripe, el "COVID-19 mostró una carga de enfermedad notablemente más alta, tanto en la magnitud del riesgo como en la amplitud de la participación de los órganos".

 

Durante los seis meses posteriores, el exceso de muertes entre todos los sobrevivientes de coronavirus se estimó en ocho personas por cada 1,000 pacientes, afirman los investigadores, citados por Science Daily.

 

Los científicos estadounidenses también lograron ofrecer una visión más amplia del coronavirus y sus consecuencias para los pacientes tras estudiar las posibles complicaciones de salud tras la enfermedad. Entre ellos se encuentran:

 

Sistema respiratorio: tos persistente, dificultad para respirar y niveles bajos de oxígeno en la sangre.

 

Sistema nervioso: ictus, dolores de cabeza, problemas de memoria y problemas con los sentidos del gusto y el olfato.

 

Salud mental: ansiedad, depresión, problemas de sueño y abuso de sustancias.

 

Metabolismo: nueva aparición de diabetes, obesidad y colesterol alto.

 

Sistema cardiovascular: enfermedad coronaria aguda, insuficiencia cardíaca, palpitaciones y ritmos cardíacos irregulares.

 

Sistema gastrointestinal: estreñimiento, diarrea y reflujo ácido.

 

Riñón: lesión renal aguda y enfermedad renal crónica que, en casos graves, puede requerir diálisis.

Regulación de la coagulación: coágulos de sangre en piernas y pulmones.

 

Piel: erupción y caída del cabello.

 

Sistema musculoesquelético: dolor articular y debilidad muscular.

 

Salud general: malestar, fatiga y anemia.

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