La Unión de Federaciones Europeas de Fútbol (UEFA, por sus siglas en inglés) comunicó oficialmente el traslado de la sede española de la Eurocopa 2020, que se celebrará este verano por la pandemia, desde la ciudad de Bilbao a la de Sevilla.
"Los cuatro partidos previstos inicialmente en Bilbao se trasladarán al Estadio La Cartuja en Sevilla. La celebración de estos partidos cuenta con el apoyo de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que ha confirmado su intención de permitir espectadores al 30 por ciento de la capacidad del estadio para los tres partidos del Grupo E y un partido de octavos de final", dice el comunicado de la organización que rige el fútbol europeo.
La nota de la UEFA hace referencias directas a la polémica que ha rodeado a esta decisión, ya que la candidatura vasca presentó a principios de abril unos estrictos requisitos sanitarios para permitir la entrada a los estadios y esta condición -partidos con público- era innegociable para la UEFA.
"Tras la decisión de las autoridades locales, quedó claro que era muy poco probable que los aficionados pudieran asistir a los partidos que estaban programados para jugarse allí", señalan los dirigentes del fútbol europeo.
Entre la lista de condiciones que Bilbao requería para permitir en los partidos –a disputarse en junio– un 25 por ciento del aforo con espectadores, como quería la UEFA, estaban una incidencia acumulada del covid-19 menor a 40 casos por 100.000 habitantes y un 60 por ciento de la población vasca y española vacunada.
Según los últimos datos oficiales conocidos, la incidencia de la enfermedad en el caso del País Vasco es de 514,25 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días y los porcentajes de vacunación de la población son del 9,4 por ciento, en el caso de la Comunidad Autónoma Vasca, y 7,9 por ciento en el caso del conjunto del territorio español.
La oposición al Partido Nacionalista Vasco (PNV) que ostenta el poder tanto en el Gobierno Vasco, como en la Diputación Foral de Bizkaia, como en el Ayuntamiento de Bilbao, las tres instituciones implicadas en la organización de este evento en el que llevan trabajando años, acusó al partido gobernante de motivaciones políticas de fondo en su inflexible postura.
Consideran que el principal motivo estaba en evitar por parte de los nacionalistas vascos que la Selección española de fútbol jugara en el estadio bilbaíno de San Mamés, de reciente construcción y uno de los más modernos de España, con el consiguiente traslado de aficionados de todos los puntos de España a Bilbao con banderas y símbolos nacionales españoles.
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