Ahora que nos acercamos a la entrega de los premios cinematográficos más famosos y publicitados como son los Óscar, le quiero platicar de una actividad necesaria para darle estética y congruencia al cine. Le hablo de la “cinefotografía”, que ha tenido grandes exponentes mexicanos, popularizada por el gran maestro, Gabriel Figueroa, pero ¿qué es un cinefotógrafo? ¿Qué hace?
Al hablar de un cinefotógrafo o director de fotografía, estamos haciendo alusión, como su nombre lo indica, a un fotógrafo de cine, en otras palabras, un especialista de la lente, que buscará resaltar los estados de ánimo que el director intente imprimir en cada una de las secuencias, a través del uso de la luz, el color y la sombra, ubicando su cámara en el mejor lugar posible para dicho efecto.
Su herramienta no es solo la cámara, también es la luz, tanto natural como programada, el maquillaje de los actores, los gestos de los intérpretes, las horas del reloj para adecuar el tipo de luz natural y hasta la posición de los actores y las cosas que los rodean.
En términos más técnicos, el director de fotografía es el “individuo encargado de trasladar una escena al soporte de la película, es decir, el responsable de la iluminación, el decorado (…) de la composición en general de la escena, de los colores de las imágenes, de la elección de cámaras, objetivos, filtros y película virgen, de los ajustes, el emplazamiento y el movimiento de la cámara…”
México es un país que ha generado y adoptado a grandes personalidades de la cinefotografía, desde que el primer corto documental filmado en nuestro país en 1896, llamado “Comitiva presidencial del 16 de septiembre”, protagonizado por Porfirio Díaz y capturado por la lente de los enviados de la familia Lumiere, Gabriel Veyre y Claude Ferdinand Von Bernard, una tradición de expertos de la lente en movimiento ha llenado de arte las pantallas de los cines, aunque en ese momento, aún no se llamaban ni cinefotógrafos ni directores de fotografía.
En los primeros años del cine nacional, cuando se buscó destacar los movimientos sociales que protagonizaba la sociedad mexicana, uno de los primeros cinefotógrafos que destacó en la naciente comunidad cinematográfica de nuestro país fue Enrique Rosas Aragón, quien en prácticamente todas sus cintas, además de realizar la cinefotografía, tuvo a su cargo la dirección del filme, algo que resultó bastante común en los inicios.
Así pues, Rosas Aragón fotografió diversas vistas mayormente documentales y un gran número de ellas de corte oficialista como “Beneficio de Gaona en México” (1908), “Exposición de Coyoacán” (1908), “Primera corrida de Gaona” (1908), “Carnaval de Mérida” (1906), “Fiestas presidenciales en Mérida” (Gira a Yucatán de Porfirio Díaz) (1906), “Botes pescadores entrando en la bahía de Veracruz” (1905), “Buque velero frente al faro de San Juan de Ulúa” (1905), “Comité patriótico en el parque Castillo de Orizaba” (1905), “Funerales del embajador Aspíroz en la Ciudad de México” (1905), entre muchas más.
En su etapa de cine de ficción, Enrique Rosas tuvo a bien fotografiar, dirigir, codirigir y producir seis cintas, de las que destaca el que puede considerarse el primer drama policiaco del cine mexicano “El automóvil gris” de 1919, además de “Emiliano Zapata en vida y muerte” (1919), “Decena trágica” (1913), “Revolución en Veracruz” (1912), “Don Juan Tenorio” (1909), y “El rosario de Amozoc” (1909), donde además de las funciones ya mencionadas, fue el realizador del guion.
Finalmente, el más famoso y destacado de los directores de fotografía mexicanos era el gran Gabriel Figueroa Mateos, quien al lado de Emilio “Indio” Fernández, se dice que creó “el díptico ‘Flor Silvestre’ y ‘María Candelaria’, con el que (…) forjaron una estética cinematográfica aún hoy insuperable”, a través de la cual, le dieron esa imagen folclorista al séptimo arte mexicano de la Época de Oro.
Entre los múltiples alcances de su gran carrera, Figueroa Mateos obtuvo la nada despreciable cantidad de 16 premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, por su fotografía en distintos filmes, así como un Ariel de Oro en 1987 como reconocimiento a su trayectoria.
Sólo le recuerdo que la imaginación se disfruta más en la oscuridad del cine, así que no deje de asistir a su sala favorita. Para dudas, comentarios o sugerencias escríbame al correo electrónico trejohector@gmail.com o sígame en mis redes sociales “Cinematografo04” en Facebook y Spotify, así como “Cinematgrafo04” (sin la “ó”) en Twitter.