Hace tres años en Atlixco la elección se mantuvo en vilo por el proceso jurídico que sostenían al interior de Morena el aspirante Eleazar Pérez Sánchez y el candidato Juan Antonio Villarroel.
La derrota del partido marrón fue causada justo por la incertidumbre desprendida de los alegatos electorales.
Hoy, tres años después, la historia se repite en Puebla con una ligera diferencia: el aspirante que está denunciando la reposición del proceso de selección interna podría ganar.
Y la causa de la victoria justo se la daría la Comisión de Honestidad y Justicia, que al señalar el sobreseimiento de la queja de Gabriel Biestro en realidad abona a los argumentos jurídicos que respaldan la tesis de que la elección interna estuvo mal ejecutada de origen.
La estrategia legal que el diputado con licencia está empujando puede prosperar debido a los diversas yerros cometidos por las instancias del partido en su proceso de selección.
Imaginemos la campaña de ese año, a mitad de mayo: el tribunal resuelve darle la candidatura a Gabriel Biestro. ¿Habrá tiempo para corregir el rumbo de los comicios?
Si bien los argumentos que jurídicamente ha esgrimido la defensa de Biestro son sólidos, la determinación del Tribunal podría tardar en definirse más tiempo de lo esperado, perjudicando a Morena tal y como ocurrió en Atlixco hace tres años.
Esta semana el Tribunal Electoral de Poder Judicial de la Federación emitió resoluciones que dan luz acerca de cómo pararía este conflicto jurídico.
El tribunal, por ejemplo, decidió hacer obligatorio para Morena la transparencia de encuestas y metodologías del levantamiento de datos.
Si bien esto es un avance, el órgano electoral no es contundente, pues no obliga a la reposición del proceso de la medición.
Ante esta incertidumbre, Morena esa perdiendo la oportunidad de mantener a Puebla capital como parte de sus bastiones.
Y la responsabilidad recae en los organizadores del proceso de selección interna de candidatos, el cual tiene vicios de origen.