La esquizofrenia puede estar relacionada con la Bartonella, la bacteria que puede contraerse a través de las mordeduras y arañazos de felinos infectados, revelaron los científicos.
Las Bartonellas son bacterias históricamente asociadas a la enfermedad del arañazo del gato, que hasta hace poco se creía que era únicamente una infección de corta duración. Los gatos se infectan con la bacteria a través de las garrapatas y las pulgas y pueden ser huéspedes para al menos tres de las 40 especies de Bartonella conocidas.
La transmisión a los humanos puede causar cansancio, dolores de cabeza, fiebre e inflamación de los ganglios linfáticos.
Los estudios previos sugirieron que la tenencia de gatos está asociada a la esquizofrenia debido al parásito zoonótico Toxoplasma gondii. El nuevo estudio se centró en otro agente infeccioso asociado a los gatos, la Bartonella.
"Los investigadores llevan tiempo estudiando la relación entre la infección bacteriana y las enfermedades neuropsiquiátricas", afirmó investigadora principal Erin Lashnits, de la Universidad de Wisconsin.
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Los científicos analizaron la sangre de los pacientes con esquizofrenia y de los sanos en busca de ADN de Bartonella.
En su estudio a pequeña escala, el equipo inscribió a 17 personas con casos estables y controlados médicamente de esquizofrenia o trastorno esquizoafectivo y a un grupo de control de 13 adultos sanos, a los que hicieron pruebas de infección por Bartonella dos veces en una semana.
El equipo descubrió que 12 de los 17 pacientes con esquizofrenia tenían ADN de Bartonella en la sangre, en comparación con un solo miembro del grupo de control. Según los cuestionarios, tanto los pacientes como los integrantes del grupo de control declararon tener mascotas y estar expuestos a las pulgas de forma similar.
"Aunque se está empezando a entender que las enfermedades neuropsiquiátricas, como la esquizofrenia, son trastornos de las redes cerebrales, la pregunta sobre las causas reales sigue sin respuesta", señaló Flavio Frohlich, coautor del artículo.
No obstante, los científicos admitieron el carácter preliminar y limitado en el tamaño del estudio y plantearon la necesidad de realizar una investigación de seguimiento.
"Es importante recordar que nuestro estudio, por su diseño, no pudo demostrar una relación causal entre la infección por Bartonella y la esquizofrenia", declaró Frohlich.
Los investigadores tienen previsto realizar un estudio más amplio para comprobar si sus resultados preliminares se confirman.
"Muchos de estos pacientes llevan años recibiendo cuidados. Lo que estamos empezando a ver es un patrón: la Bartonella puede persistir durante mucho tiempo", afirmó el Edward Breitschwerdt, uno de los autores del artículo.
Los resultados completos del estudio fueron publicados en la revista Vector Borne and Zoonotic Diseases.