Hartos de los abusos y del acoso hacia el personal femenino, elementos de la Policía Procesal urgen al secretario de Seguridad Pública del Estado (SSP) ponga orden y haga una investigación real al interior de dicha área adscrita a la Policía del Estado; además, piden que haya castigo para quien resulte responsable de dichos abusos.
A través de una carta enviada a Imagen Poblana, uniformados procesales acusaron que han buscado diversas formas de acercarse y hablar con Raciel López Salazar, titular de la SSP, para exponerle el clima laboral a la que están sometidos; sin embargo, no han tenido éxito alguno.
Los agentes policiacos reiteraron que tanto el director como el coordinador de la Unidad de Medidas Cautelares y Policía Procesal, Gamaliel Ortega y Alfonso Burgos, respectivamente, se han dedicado a hostigar al personal femenino y, a pesar de las constantes denuncias, incluso públicas, nadie ha puesto orden.
De acuerdo con la queja, el director de la citada unidad no se ha cansado de gritar a los cuatro vientos que “sus padrinos de Chiapas” lo respaldan.
A la par, aseguran que el subdirector de la Policía Procesal, el comandante Edgar Torres, tiene conocimiento sobre el clima de acoso laboral y sexual que hay en la multicitada unidad y tampoco ha buscado la forma de revertir el problema con tal de mantener su puesto o, incluso, lo que hace es cambiar a los elementos a casas de justicia o instancias fuera de la ciudad de Puebla.
“No se preocupan por el personal ni por la seguridad que debe imperar en las casas de justicia, a ellos lo que les interesa es conservar sus puestos sin importa nada. Estos mandos no saben nada del nuevo Sistema de Justicia Penal, agreden verbalmente a las compañeras femeninas tratándolas de pu..., y pen... Esperamos que los reclamos de los policías procesales sean escuchados”, se lee en el documento.
De esta manera, los agentes de la Policía Procesal hacen un llamado al secretario de Seguridad Pública para que tome cartas en el asunto, pues al no soportar más el clima de trabajo y la actitud de sus mandos, los denunciantes analizan la forma de regresar a las corporaciones de las que son originarios y no sean comisionados a diferentes ceresos como el de Tepexi o Ciudad Serdán, como castigo por no acceder a sus órdenes.
