Ahora que el petróleo es nuestro…

Ahora que el petróleo es nuestro…

Hoy se cumplen 83 años que el querido presidente Lázaro Cárdenas expropió las empresas petroleras para beneficio y utilidad pública. Después, los apátridas neoliberales las privatizaron nuevamente. Ahora Andrés Manuel quiere reivindicar el legado cardenista, pero el camino no será fácil.

 

García Granados, un diplomático guatemalteco exiliado en México, escribió un libro llamado “los veneros del diablo” donde analiza que el petróleo, fuente de riqueza, era paradójicamente fuente de las desgracias del país que lo posea. No se equivocaba. El historiador Friedrich Katz sostenía que fueron los petroleros texanos los que verdaderamente derrocan a Porfirio Díaz al financiar al ejército maderista para obtener contratos exclusivos cuando fuera presidente. Más aún, señala que es el incumplimiento de Madero el que motiva la intervención del embajador norteamericano para planear el golpe de Estado con Victoriano Huerta.

 

La explotación de petróleo en el país data de 1862, el primer pozo se perforó en Tabasco con la anuencia del usurpador Maximiliano. Posteriormente, con Díaz, se construyen las primeras refinerías y otorga concesiones a capitales extranjeros con el cobro de sólo 10% de impuestos, lo que reprodujo condiciones coloniales (extracción sin beneficios) que repudiaron los revolucionarios de forma unánime al plasmar el artículo 27 de la constitución. Sin embargo, las presiones diplomáticas de Estados Unidos mantuvieron este artículo congelado en la práctica.

 

De hecho, hay una tesis que sostiene que el gobierno de Plutarco Elías Calles y su extensión en el Maximato (periodos presidenciales sucesivos impuestos por Calles) se mantuvieron por los acuerdos que tenía con las empresas petroleras. Fue hasta noviembre de 1936 que Lázaro Cárdenas promulga la Ley de Expropiación. La embajada estadounidense volvió a presionar, pero los gringos ya no contaban con el apoyo de Calles que había sido mandado al exilio previamente en el mes de abril.

 

Desde que asume la presidencia, Cárdenas promueve la organización de masas, particularmente la de obreros y campesinos que fueron la base del corporativismo partidista, como la Central de Trabajadores de México (CTM). Este nivel de organización le permitió primero exiliar a Calles y luego expropiar el petróleo. Es decir, con Cárdenas se recupera de forma simultánea la democracia y la soberanía poniendo un freno a la injerencia que Estados Unidos tenía en ambas esferas.

 

Fue complicado. La chispa fue la huelga de mayo de 1937 porque las empresas petroleras no querían ceder a las demandas sindicales. La huelga provocó la escasez de combustible y afectó a la industria y al transporte. Cárdenas pidió al sindicato levantar la huelga en junio y propuso una comisión compuesta por 60 especialistas (entre ellos economistas, técnicos, ingenieros y sociólogos) para determinar la viabilidad de las demandas del sindicato. En agosto presentaron un informe de más de dos mil cuartillas que demostró que las empresas habían ocultado utilidades mediante diversas artimañas contables para trasladar sus ganancias a sus matrices extranjeras.

 

Las empresas descalificaron el informe, pero no pudieron presentar las pruebas de descarga. En diciembre son obligadas a pagar las demandas sindicales. Las empresas se negaron y empezó la lluvia de amparos que acompañaron con un movimiento especulativo para tirar el valor del peso frente al dólar retirando grandes cantidades de capital de bancos mexicanos y redirigiéndolos al extranjero. ¿Cárdenas tuvo miedo y cedió? No. La Suprema Corte, de forma patriótica, falló a favor de los trabajadores. Pero, dada la reiterada negativa para pagar a los trabajadores, Tata Lázaro, armado de valor, decretó la expropiación de las compañías el 18 de marzo de 1938.

 

En su discurso de expropiación, Cárdenas recordó al pueblo los beneficios extraordinarios que las empresas obtuvieron del país, el escaso beneficio nacional y llamó al apoyo popular. Y el pueblo respondió. El 23 de marzo, una mega marcha de obreros salió en respaldo del presidente y desde entonces el pueblo se mantuvo en lucha. Fueron tan grandes las manifestaciones, que los sectores más conservadores que habían mostrado su desacuerdo con la medida argumentando que el país no sería capaz de sacar la producción adelante, tuvieron miedo y recularon.

 

Hoy, Andrés Manuel anunciará un gran yacimiento petrolero que aumentará nuestras reservas. Cabe señalar que las reservas han caído consecutivamente desde el gobierno espurio de Calderón porque las tareas de exploración y desarrollo se detuvieron drásticamente, el Instituto Mexicano del Petróleo se desmanteló y la producción de PEMEX se desplomó intencionadamente.

 

Elaboración propia con datos de Comisión Nacional de Hidrocarburos, 2020.

 

La gráfica nos muestra la reserva de hidrocarburos medida en años para las reservas probadas (1P), probables (2P) y posibles (3P). Se observa que nos quedan apenas 9 años, comparado con países como Venezuela que han continuado su exploración y tienen reservas hasta para 500 años.

 

Además de recuperar la industria petrolera, Andrés Manuel propone recuperar la Soberanía Energética y esto incluye también a la industria eléctrica, pero parece que se repite la historia cardenista: lluvia de amparos, miedo al descrédito internacional, depreciación de la moneda, fuga de capitales, son las banderas de los conservadores que se pusieron furiosos cuando AMLO propuso cambiar la constitución. ¿Debe AMLO tener miedo y ceder? No, la historia de Tata Lázaro nos enseña que cuando las leyes no benefician al pueblo hay que cambiar las leyes. Pero con el pueblo apoyando masivamente en las calles porque sólo el pueblo salva al pueblo.

 

*Profesor-Investigador Facultad de Negocios, Universidad La Salle México

Miembro del Sistema Nacional de Investigadores

 

Twitter: @BandalaCarlos