Si algo causaba molestia a este columnista durante la campaña presidencial de 2018 era que el argumento de panistas y priistas para atacar al ahora presidente, Andrés Manuel López Obrador, era asegurar que México se convertiría en una copia de Venezuela.
Se pensaba que no era posible vivir las carencias que se tienen en ese país sudamericano ni tener a un líder fuera de la realidad como Nicolás Maduro.
Vaya error.
Con el perdón de los aún miles de fanáticos del presidente López Obrador… estábamos mejor cuando estábamos peor.
Lo sucedido esta semana con los apagones provocados por el desabastecimiento de gas natural nos ha llevado más cerca de ser el “Venezuela del Norte”.
En medio de la peor crisis sanitaria y económica de los últimos años, además debemos vivir con el temor de quedarnos sin energía eléctrica, ni qué decir de una posible falta de gas natural en nuestros hogares.
En poco tiempo, bañarse con agua caliente o fría ya no será una decisión de la mayoría de los mexicanos.
Lo que más indigna es la explicación del ocupante de Palacio Nacional ante todos estos problemas, que prefiere minimizar todas las voces críticas y exaltar su insufrible y desastrosa estrategia de gobierno.
Sí, se supone que no seríamos como Venezuela o cualquier otro país con carencias y un líder mitómano, pero hoy duele ver que estamos en franco retroceso y nadie parece que pueda hacer algo para evitarlo.
Máxime cuando la máxima autoridad de la nación prefiere defender lo indefendible y deja de lado los justos reclamos femeninos contra personajes impresentables como Félix Salgado Macedonio.
Y como dice el “mesías tropical”:
¡Ya chole con culpar al neoliberalismo de todos los problemas de México!
¡Ya chole con su estrategia de salud fallida!
¡Ya chole con su nulo plan para salir de la crisis económica!
¡Ya chole con la terrible campaña de vacunación!
¡Ya chole con Manuel Bartlett y la CFE!
¡Ya chole, señor presidente!