México vive una grave crisis tanto de salud como económica provocada por el COVID-19, situación que genera preocupación en muchos mexicanos, excepto en el ocupante de Palacio Municipal.
Nuestro país está subyugado a la figura del “mesías tropical” Andrés Manuel López Obrador, que se ha colocado por encima de los intereses y el bienestar de la sociedad.
Y el ejemplo no es otro que lo sucedido este fin de semana en las redes sociales del Gobierno de México.
Le cuento.
El sábado por la mañana apareció en la cuenta de Twitter del Gobierno una caricatura supuestamente del magnífico Rafael Pineda, quien sin distinción ha lanzado fuertes críticas a la clase política mexicana mediante sus dibujos.
En esta caricatura se veía al presidente Andrés Manuel López Obrador dando un batazo al virus del COVID-19, con lo que se quería anunciar la recuperación (rara y veloz) del mandatario.
Muchos, incluyéndome, sentimos una combinación de rabia e indignación por esta muestra de falta de empatía y triunfalismo absurdo ante un virus que nos ha arrebatado seres queridos y que para el gobierno lopezobradorista solo son números.
Además, esta caricatura solo demostraba que lo único que importaba era la recuperación del mandatario, dejando de lado a los más de 160,000 mexicanos que han perdido la vida en esta pandemia.
Pero eso no es lo único, amable lector. Rafael Pineda también puso el grito en el cielo debido a que la caricatura fue modificada, ya que la original no mostraba a López Obrador bateando al COVID-19.
El caricaturista exigió que fuera bajada la imagen y -con justa razón- clamó por la renuncia del encargado de las redes sociales del Gobierno de México.
¿Y qué cree?
Ni una maldita disculpa dio el Gobierno en sus redes sociales.
¡Qué desdén!
Y es que queda claro que aquí, en nuestro Mexico “cuatritransformado” el único que importa es el ocupante de Palacio Nacional.
Usted, yo y nuestros muertos son solo números para un gobierno indolente, incapaz y con un alto grado de narcisismo que lastima las fibras más sensibles de esos mexicanos que creyeron en un cambio.
¡Tengan tres pesitos de vergüenza, humildad y sobre todo empatía!