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Estados Unidos instó el martes a los inmigrantes ilegales a hacer fila para recibir las vacunas contra el COVID-19 junto con los ciudadanos estadounidenses, con la promesa del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) de que no habrá arrestos ni deportaciones.
"Es un imperativo moral y de salud pública garantizar que todas las personas que residen en los Estados Unidos tengan acceso a la vacuna", dice el comunicado de prensa del DHS.
Agrega que la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés) no ejecutará "operaciones de aplicación de la ley en o cerca de las instalaciones de atención médica, como hospitales, consultorios médicos, clínicas de salud acreditadas e instalaciones de atención de emergencia o urgencia, excepto en las circunstancias más extraordinarias".
El DHS también dijo que su Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos no realizará "operaciones de cumplimiento" cerca de los sitios de vacunación y concluyó su anuncio diciendo que está "comprometido a garantizar que toda persona que necesite una vacuna pueda recibirla, independientemente de su estado migratorio".
En un cambio radical en relación a la administración Trump (2017-2021), el presidente Joe Biden ha prometido seguir un camino hacia la ciudadanía para aproximadamente 11 millones de inmigrantes indocumentados que han vivido en los Estados Unidos durante años.
